26 de Marzo de 1971 -  2025: Discurso del General Liber Seregni en la Explanada de la Intendencia de Montevideo - Diario La R

26 de Marzo de 1971 –  2025: Discurso del General Liber Seregni en la Explanada de la Intendencia de Montevideo

Hoy con más de medio siglo caminado por la fuerza política Frente Amplio, Diario la R abre una ventana en la historia reciente que tanto falta escribir. Para que “los más infelices sean los más privilegiados".

Rememorando parte del discurso del Gral. Liber Seregni en aquel convulsionado Uruguay de 1971 donde el Frente Amplio se estrenaba con sus adherentes y militantes políticos. Las dos figuras mencionadas en la celebración de hoy , cabe recordar que los separaba un antagonismo muy marcado de cómo acceder al poder en aquel 1971.

Ciudadanos; ciudadanos presentes y ciudadanos de todo el país:

Nunca nuestro país presenció un acto como éste. Jamás hubo un acto político de esta envergadura.

Este es el Frente Amplio. Pero cabe preguntamos:

¿Cómo y por qué ha sido posible el Frente Amplio? ¿Cómo surgió este incontenible movimiento popular que tardó tanto en nacer y ha sido tan rápido en propalarse? Tiene que haber profundas razones que lo expliquen.

¿Es que acaso es como dicen nuestros detractores, una suma de retazos ? No, ésta es una observación frívola, superficial, que demuestra muy escaso entendimiento de lo que hoy sucede en nuestro país. Pero eso también merece una explicación.

¿Es que es acaso una corriente popular que busca como cuestión de vida o muerte, en las dramáticas circunstancias que vive el país, nuevos cauces, cauces nuevos que salten por encima de viejas y anacrónicas estructuras partidarias que ayer fueron potentes y configuradoras del Uruguay y que hoy se debaten en la incapacidad y una inepcia huérfanas de toda vida arraigada en el pueblo?

Una necesidad popular y colectiva

Todas esas son interrogantes que debemos contestarnos, y para ello hay un solo medio posible: analizar de frente la realidad nacional, buscar las causas que generan estos hechos ya irreversibles.

Esta multitud que está aquí y que aquí se ha congregado, esa multitud que se mueve a lo largo y a lo ancho de todo el país, porque somos conscientes que estamos abriendo una nueva época en la vida del Uruguay: Sabemos que el Frente Amplio abre una etapa histórica en la vida de nuestra sociedad.

Porque el Frente Amplio no es una ocurrencia de dirigentes políticos; el Frente Amplio es una necesidad popular y colectiva del Uruguay.

Es un hecho colectivo, con razones colectivas, porque las resoluciones individuales de todos nosotros, tienen causas sociales y tienen metas sociales, porque tienen que ver con el destino entero de la sociedad uruguaya.

Tampoco el Frente Amplio es una resolución circunstancial de partidos o grupos políticos; por el contrario, ellos han interpretado una exigencia que estaba en la calle; han dado forma y cuerpo a un sentimiento y a una urgencia de todo nuestro pueblo.

Por eso el Frente Amplio desencadenó tan rápidamente este movimiento popular de adhesión, de participación y de militancia. Porque interpreta una necesidad objetiva de nuestra sociedad.

Son éstos, y éste de hoy los primeros pasos, pero son pasos de gigante; hoy tiene el Frente Amplio su bautismo en la calle, en la multitud, en ustedes, en un movimiento político sin precedentes en el país y que tiene la estatura del Uruguay entero. Estos son los primeros pasos porque el resto de los que vamos a dar los daremos con los zancos del pueblo y con la inteligencia del pueblo.

Pero veamos más de cerca las razones que condujeron a la creación poderosa del Frente Amplio. Siempre es bueno reflexionar, sobre lo que estamos haciendo, para ubicarnos con justeza, para saber los caminos que estamos recorriendo, para obrar con pleno conocimiento.

El último intento del viejo Uruguay para encontrar una salida de «medias tintas» fue la elección del General Gestido. En unos pocos meses se intentaron todos los caminos y no se recorrió ninguno.

Es que no era un problema de buena voluntad y Gestido quemó su vida en un esfuerzo imposible y entonces, ¿qué pasó?, entonces fue la oligarquía la que resolvió radicalizarse, la que quiso terminar con las «medias tintas», porque únicamente podía mantenerse transfiriendo lodo el peso de la crisis sobre el pueblo. Así vino el gobierno del Señor Pacheco y las Medidas de Seguridad como un régimen permanente.

Y vinieron los últimos tiempos. Los políticos blancos y los políticos colorados quedaron relegados y la oligarquía tomó directamente el gobierno. Esto nunca había sido tan visible, tan descarnado y tan claro.

Los grupos económicamente dominantes estaban dispuestos a todo para reducir al pueblo oriental y se abrió así una era de violencia, la que estamos viviendo.

La violencia comenzó desde arriba. La estructura de dominación oligárquica quedó al desnudo; decretó que era la «hora del garrote» y, como siempre, cínicamente, culpó del desorden a las masas estudiantiles y a las masas obreras.

Medidas de seguridad para mantener intacto el privilegio

Hubo un cambio fundamental, cualitativo. No se buscó una modificación del campo económico: no se propuso un nuevo modelo para el desarrollo. Las transformaciones se centraron en el campo político y en el campo social.

Para mantener intactas las estructuras del poder económico, para mantener los privilegios de la oligarquía, era necesario terminar con el régimen de libertades públicas y con el régimen de seguridades sociales.

La congelación de salarios y las Medidas de Seguridad provocaron la polarización social. La clase media y la clase obrera se vieron diezmadas económicamente.

Pero, además, se las marginalizó, se las dejó al costado del camino. Este proceso, que se acompaña de un Poder Ejecutivo que consolida su primacía total sobre el Poder Legislativo, está ligado necesariamente a la descomposición de los partidos tradicionales.

¿Por qué? ¿Qué es lo que ha pasado con esas dos grandes fuerzas históricas de los partidos tradicionales? ¿Qué se ha hecho de sus sectores más populares? Vale la pena analizar esto, porque está en la médula de la existencia política uruguaya.

Y esto también es muy fácil de entender. Siempre hubo, dentro de cada uno de los partidos tradicionales, un ala conservadora y un ala popular, y en las últimas décadas la mayoría, el control de cada partido, lo tuvieron los sectores más populares.

Pero los partidos tradicionales fueron siempre un compromiso entre el pueblo y la oligarquía. Pero ahora, ya no pueden serlo más. La oligarquía controla totalmente a ambos partidos, porque no tiene otro partido que contra el pueblo, y el pueblo ya no tiene lugar en los viejos lemas.

El Frente Amplio es heredero de la tradición Artiguista

Es por esto que el Frente Amplio no es una simple suma de partidos y de grupos; es la nueva conciencia que levantará un nuevo Uruguay. Aquí está el pueblo, que no ha perdido la fe ni en sí mismo ni en el destino del país. Nunca se abrió un cauce tan ancho para la unidad popular como en estos momentos.

Nunca, salvo con Artigas. También junto a él el pueblo oriental se unió, para enfrentar a la oligarquía y al imperialismo de la época. Y hoy volvemos a lo mismo. Por eso el pueblo, por eso el Frente Amplio es el legítimo heredero de la tradición artiguista y toma sus banderas y su ideario.

Renunciar a ello sería renunciar a nosotros mismos. Somos y queremos ser orientales.

Todo esto es muy claro. Nuestra política internacional está necesariamente ligada al proceso de liberación de América Latina. El proceso de liberación de América Latina está ligado al de todos los pueblos oprimidos del Tercer Mundo.

Esa es nuestra posición. Nuestra orientación está perfectamente definida y nuestra política internacional es acorde y resultante de nuestros propósitos nacionales.

Queremos decir aún dos cosas fundamentales: me siento todavía integrante de las fuerzas armadas de mi país, de esas fuerzas y esos hombres que llevan sobre el frente de sus gorras el emblema artiguista, son los continuadores históricos de las huestes artiguistas y en estos momentos de liberación nacional, de búsqueda de una real y efectiva democracia, de prosecución de la justicia social, nuestras fuerzas armadas como fueron antes, como serán siempre, serán salvaguardia de la Constitución y serán también celosos salvaguardias de la voluntad del pueblo.

«Un pueblo unido jamás será vencido»

Una última precisión: El Frente Amplio nos ha honrado con la nominación para la candidatura presidencial. Somos conscientes de la tremenda responsabilidad que asumimos.

Pero estoy consustanciado con el Frente Amplio y con el pueblo de mi país. Del pueblo provengo, es mi país, mi pueblo, el que me permitió realizarme como hombre, como militar y como ciudadano, y a él me debo.

Por eso nuestro compromiso, aquí y ante ustedes, de entregar todas nuestras energías y nuestras posibilidades para la causa del Frente, que es la del pueblo oriental todo nuestro esfuerzo por esa causa, por su programa, seguros, confiados en la victoria.

Porque es el pueblo oriental el que emprende el camino hacia su futuro y nadie ni nada detiene a un pueblo decidido consciente, seguro que sabe lo que quiere y sabe dónde va.

Repito -porque tiene la profundidad y la simplicidad de las grandes verdades- un canto que escuchamos a los estudiantes de Medicina: «Un Pueblo Unido, Jamás Será Vencido».

Y antes de irnos, una invocación que nos sale del fondo del alma; Padre Artigas: aquí está otra vez tu pueblo; te invoca con emoción, y con devoción y bajo tu primer bandera, rodeando tu estatua, este pueblo te dice otra vez, como en la patria vieja, padre Artigas guíanos!

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