La diseñadora británica Vivienne Westwood, quien fusionó música y moda para crear el punk y llevó la política rebelde a la pasarela, falleció a los 81 años, según informó su familia. Westwood hizo de la provocación una forma de arte, desde el bondage de cuero que popularizó en los años 70 hasta la vez que acudió sin ropa interior al palacio de Buckingham para recibir de manos de la reina el título de Dama.
“Vivienne Westwood ha muerto hoy, en paz y rodeada de su familia, en Clapham, al sur de Londres. El mundo necesita gente como Vivienne para hacer un cambio a mejor”, decía la cuenta de Twitter de su marca de moda. En una declaración, su marido y socio creativo Andreas Kronthaler dijo: “Hemos estado trabajando hasta el final y ella me ha dado muchas cosas con las que ponerme manos a la obra. Gracias, cariño”.
Westwood hizo desfilar por la pasarela a una Kate Moss con los pechos al aire y comiendo helado, y casi le rompe el tobillo a Naomi Campbell cuando la supermodelo no pudo mantenerse erguida sobre un par de sus tacones de plataforma de nueve pulgadas. Durante casi cinco décadas, se mantuvo en la cresta de la ola de la moda, incluso cuando fue acogida por el mainstream, en gran parte gracias a su enérgico activismo en favor de causas medioambientales, que apoyó hasta su muerte. Hoy le rensimos homenaje a este ícono transgresor y eterno del mundo de la moda recordando algunas curiosidades de su vida y carrera.
Estudió joyería antes de abrir SEX
Vivienne Isabel Swire nació el 8 de abril de 1941 en el pueblo de Tintwistle, al norte de Inglaterra, de una madre que trabajaba en una fábrica de algodón y un padre que remendaba zapatos. En su adolescencia confeccionó sus propios trajes a medida y estudió joyería en Londres, pero abandonó los estudios rápidamente: “No sabía cómo una chica de clase obrera como yo podría ganarse la vida en el mundo del arte”. Así que se hizo profesora, se casó con el obrero Derek Westwood y tuvo un hijo a los 22 años. Más adelante, su vida dio un vuelco cuando, unos años más tarde, dejó a su marido por Malcolm McLaren, mánager de los Sex Pistols. Juntos abrieron la icónica tienda de ropa SEX en King’s Road, Londres, que se convirtió en el epicentro del movimiento punk.
Para Westwood, la televisión nunca fue es un pasatiempo agradable. De hecho, la diseñadora prácticamente la odiaba. Según publicó The Independent en una entrevista que le realizaran en 2012, la diseñadora solo decidió encender el televisor durante las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de 2012, en las que se presentó uno de sus vestidos. “Vi el segmento con mi vestido pero, sinceramente, eso no es tan importante para mí”, reveló. ¿Por qué el odio televisivo? Bueno, Westwood explicó a The Guardian en 2008 que, en su opinión, solo sirve para “distraer” del pensamiento. “Si la gente no piensa, no tenemos futuro”, declaró. “Vivimos en este terrible, terrible peligro porque todo el mundo no está pensando”.
Uno de los momentos más infames de Vivienne Westwood tuvo lugar en 1992, cuando la diseñadora recibió la prestigiosa Orden del Imperio Británico en el Palacio de Buckingham. La diseñadora hizo una maniobra muy provocativa en la ceremonia: no llevó ropa interior bajo el vestido, y dio vueltas por el patio del palacio para mostrar su atrevida declaración de moda. En 2006, la diseñadora recibió otra condecoración real y, al parecer, hizo lo mismo. Al recibir el premio de manos del Príncipe de Gales, explicó: “Detesto [la ropa interior] con los vestidos. Cuando llevo pantalones puede que sí: los boxers de seda de mi marido”.
En uno de sus primeros diseños, Westwood decidió incluir en una camiseta un símbolo increíblemente controvertido que cobró protagonismo durante la Segunda Guerra Mundial: la esvástica. El símbolo fue utilizado por Adolf Hitler y se ha convertido en un símbolo del fascismo y el antisemitismo. En una entrevista concedida a In Camera, Westwood explicó que la inclusión del símbolo fue idea de Malcolm McLaren. “Odiábamos a las generaciones mayores, y no a los jóvenes, sino a los ancianos, a los que considerábamos responsables de la mala gestión y la crueldad que sigue habiendo en el mundo… Para nosotros, era una forma de decir a la generación mayor: ‘No aceptamos sus valores ni sus tabúes’”. Sin embargo, desde su época punk, Westwood ha cambiado de opinión en muchos aspectos. Como ella misma explicó, se ha dado cuenta de que esta actitud era potencialmente “dañina”. Como ella misma dijo: “Lo que aprendí del punk rock fue que no se cambia lo establecido atacándolo”.
Fue una comprometida activista
El activismo político de Westwood se acentuó mucho más en los últimos años, abogando contra las detenciones arbitrarias, las armas nucleares y apoyando especialmente causas y grupos ecologistas como Greenpeace. También estuvo en contra de la fast fashion, pidiéndole a la gente que prefiriera comprar menos piezas de mayor calidad y duración, que la final, le harían mejor al planeta. Aunque algunos críticos dicen que Westwood se ciñó apenas a los compromisos de la Carta de la Revolución Climática que publicó durante su colección otoño-invierno 2013-14, lo cierto es que es innegable que la británica aportó una forma única de compromiso y humanidad al mundo de la moda.