Vivir en otro país es una experiencia enriquecedora y emocionante que puede cambiar tu vida para siempre. También puede presentar una serie de desafíos y dificultades que los migrantes debemos superar para adaptarnos al nuevo entorno.
Cuando pensamos dejar nuestro lugar de origen, solemos estar motivados por uno o varios factores; podemos estar buscando un crecimiento personal, laboral o familiar; estar en una etapa de necesidad de cambios radicales y salir de nuestra zona de confort, también están quienes se vieron obligados por situaciones económicas o políticas a dejar su propio país.
Hay un sinfín de motivos que nos llevan a emprender el viaje, cada persona tiene su historia y sus por qué. En lo personal, soy de la idea de que el camino es para el que viene y para el que va, que las fronteras solo existen en nuestra cabeza cuando se trata de emigrar y que el mundo tiene infinidad de posibilidades y lugares por conocer; pero también, hay casos o momentos en los que la tierra natal nos llama, que aprendemos a valorar lo que se tenía y decidimos regresar. Para otros esto nunca pasa, su lugar en el mundo no era donde nacieron y logran una vida plena en el lugar que si eligieron para vivir.
Hay momento en el que ser inmigrante te hace sentir pertenecer al mundo y a la vez no pertenecer a ningún lado. Tener diferentes hogares, grupos de amigos y hasta familias, muchas horas de videollamadas y conversaciones por WhatsApp (algo que las generaciones pasadas no tuvieron). Vivir en un lugar, extrañar el otro y viceversa. Sentirte un poco de allá, pero a la vez de acá. Son Navidades, fiestas de Fin de Año y cumpleaños sin la familia cerca. Nacimientos y también perdidas y no estar presentes. Es aprender nuevas culturas y costumbres, en algunos casos idiomas. Es entender mentalidades diferentes, tratar de encajar o demostrar que las cosas pueden ser vistas desde otro punto. Conocer lugares nuevos, sabores y olores. Ser inmigrante es un abanico de cosas, que una vez abierto, no hay vuelta atrás.
En este artículo, exploraremos algunas de las dificultades más comunes que podemos enfrentar sin entrar en particularidades de cada persona en un país extranjero.
Idioma
Una de las dificultades más comunes es la barrera del idioma; aprender un nuevo idioma puede ser una tarea desafiante y llevar un tiempo, lo que hace más difícil el comunicarse e integrarse en una sociedad afectando el bienestar emocional de cualquier persona.
Cultura y costumbres
Cada país tiene una cultura única, así como las tradiciones y normas sociales. Podemos tener similitudes entre países, pero hasta en “hermanos” como se considera a Uruguay y Argentina, sabemos que tenemos diferencias. Cuando habitamos países en donde los cambios son radicales, nos puede causar confusión y tener malentendidos, resultando en situaciones incómodas o conflictivas.
Discriminación
La discriminación y el prejuicio también son dificultades comunes que se enfrentan al vivir en un país extranjero. Los migrantes solemos enfrentar actitudes negativas por parte de los residentes locales debido a su estatus migratorio, nacionalidad, etnia o religión.
Trabajo
La falta de oportunidades laborales, la discriminación en el mercado, las barreras de idioma y los requisitos para trabajar (como visas o formas migratorias), son factores negativos a la hora de buscar una salida económica. Si bien existen los casos donde se planifica con antelación la parte laboral, muchos son los que llegan a un país a probar suerte y se encuentran con la realidad de que las cosas cambiaron y ya no solo basta con tocar puertas, hay que pasar por la oficina de migración sí o sí.
Familia y amigos
Por último, la lejanía de la familia y los amigos puede ser una dificultad significativa para muchos. Dejar atrás a seres queridos y adaptarse a la vida en un nuevo país puede ser una experiencia solitaria y desafiante. Podemos experimentar sentimientos de soledad, nostalgia y aislamiento, y puede resultar en una sensación de pérdida y desconexión con nuestras raíces e identidad cultural.
A pesar de las dificultades y desafíos que se enfrentan al vivir en otro país, también hay numerosos beneficios y oportunidades que pueden surgir de esta experiencia. La diversidad cultural, el aprendizaje continuo, la adquisición de nuevas habilidades y la oportunidad de conocer nuevas personas y culturas son aspectos positivos de la vida en el extranjero que nos enriquecen y amplían los horizontes.
Lugar de nacimiento y costumbres jamas las olvidas, Te sentis vacio , amigos ya algunos no estan en tu pais , familiares tampoco , culturalmente en tu segundo pais , tenes pocos conocidos (No Amigos) Familiares?? Algunos se apartan por diferentes razones, y si tenes hijos que se acostumbraron a este pais , Olvidate ellos ya tienen su vida propia y te olvidaron , en definitiva emigrar si tenes suerte te fortalece economicamente pero el precio es muy alto , Pertdes Familias , Amigos , y hasta tu pais es Diferente, y el pais donde emigrastes , no esta arraigado en tu Corazon por lo tanto te es indiferente, por lo tanto la persona que emigra, tiene dos Pasaportes es ciudadano de dos paises , pero no tpertenece a Ninguno,