Si alguna vez visitaste Cabo Polonio, seguro tomaste un paseo hacia el faro donde pudiste encontrar una gran cantidad de lobos marinos en las rocas, estos se encuentran en su hábitat natural y en época de crías suelen resguardarse en las islas más cercanas como las Islas de Torres (Isla Rasa, Encantada e Islote) y en la Isla del Marco.
En Cabo Polonio, las primeras construcciones que se realizaron fueron a causa de los lobos marinos en 1806. Se trataba de depósitos utilizados para la caza de lobos. Dicha explotación paso a manos del estado en 1911 para lograr tener un control económico y un manejo prudente del recurso natural. En esta época, se creó el Instituto de Pesca y se construyó una fábrica permanente que requería de personal para el trabajo lo que hizo que creciera la población de la zona.
De esta manera comenzó a hablarse del “lobero”, aquella persona que se dedicaba a extraer el cuero de estos animales para la elaboración de ropa y calzado, así como de la producción de aceite mediante procesos industriales.
Estas actividades continuaron hasta 1998 cuando el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca creó el decreto N° 238/998 de protección que dicta: “Mantiénese en vigor la prohibición de la persecución, caza, pesca y cualquier tipo de apropiación de ejemplares de todas las especies pinnipedios (focas, lobos marino y leones marinos) y de cetáceos (delfines, marsopas y ballenas), que se encuentren en islas, costas y aguas de jurisdicción nacional”, con el fin de reducir su mortalidad.
Gracias a este decreto, Cabo Polonio se ha convertido en un área utilizada para la reproducción y cría de estos animales, lo que genera un permanente crecimiento de estas especies en la zona.
En el año 2009, ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, lo cual generó un marco de protección aún mayor. Dentro de las especias que se buscan preservar, se encuentra el lobo fino sudamericano, con unos 300 mil individuos en costas uruguayas, nuestro país en quien alberga la mayor cantidad de estos animales a nivel mundial.
El Lobo fino Sudamericano (Arctophoca australis) también es llamado lobo de dos pelos, oso marino y lobo marino peletero, se caracteriza por tener un pelaje muy denso y de color gris amarronado, con un hocico puntiagudo y sus extremidades cortas y anchas transformadas en aletas.
Los machos llegan a medir 2 metros y alcanzan un peso entre los 150 y 200 kg; mientras que las hembras, miden 1,4 metros y pesan entre 40 y 60 kg, siendo notoriamente más pequeñas. Los recién nacidos no miden más de 60 cm y su peso va de los 3 a 8 kg.
Su distribución es por la costa oeste del Atlántico Sur, desde el sur de Brasil, al sur de Argentina y las Islas Falkland. En el océano Pacífico, se los puede ver por las costas de Chile y Perú.
El periodo reproductivo de estos mamíferos va de octubre a mediados de enero, los nacimientos son entre los meses de noviembre y diciembre. Durante esta etapa utilizan costas rocosas o islas, también para la etapa de lactancia y cría de sus cachorros (va de los 9 a los 12 meses); mientras que la alimentación es en zonas oceánicas. Se alimentan generalmente de peces y calamares pelgáricos.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, su situación poblacional esta catalogada como “preocupación menor” ya que la población global está en crecimiento. El número total de lobos marinos sudamericanos se estima en aproximadamente 238 mil.
La reserva de lobos marinos de Cabo Polonio es considera una de las más grandes a nivel mundial siendo uno de nuestros mayores atractivos como país, por lo cual, si aun no los has visitado, ¡es momento de hacerlo!
