El virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un microorganismo que deteriora el sistema inmunológico. Al debilitar la inmunidad, el VIH hace que el organismo sea vulnerable a una serie de infecciones, algunas de las cuales ponen en peligro la vida.
Casi siempre, una persona con VIH ve cómo el virus ataca y debilita el sistema inmunitario. A medida que el sistema inmunitario se debilita, la persona está en riesgo de contraer infecciones y cánceres que pueden ser mortales. Cuando esto sucede, la enfermedad se llama sida.
El Día Nacional de Respuesta al VIH-SIDA se conmemora en nuestro país cada 29 de julio con el objetivo de sensibilizar sobre la detección precoz y contribuir a disminuir el estigma en torno al VIH, buscando estimular a las personas a realizarse el test diagnóstico, el cual es accesible en todos los prestadores de salud.
Según las proyecciones realizadas en 2023, se estima una prevalencia en población general del 0,6 %. En dicho modelo estadístico se estima que en Uruguay existe un total de 15.000 personas viviendo con VIH, de ellas 14.266 conocen su estado serológico (95,1%).
Los primeros registros de personas enfermas de SIDA aparecieron en Estados Unidos a comienzos de los años ochenta. Ya en los noventa, el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida se había convertido en una epidemia mundial.
El 29 de julio de 1983 se diagnosticó el primer caso en Uruguay de una persona infectada con VIH positivo procedente de EEUU. Años más tarde, se declaró esta fecha como el Día Nacional de Lucha contra el VIH-SIDA.
En la actualidad, la mayoría de las víctimas de la enfermedad son hombres y mujeres heterosexuales y niños de países en vías de desarrollo. Esta enfermedad es considerada incurable, aunque existen medicamentos antirretrovirales que son capaces de contener la infección y de permitirle a la persona llevar una vida con normalidad.
Es importante recordar que la enfermedad se transmite a través de relaciones sexuales no protegidas (sin preservativo) con una persona infectada; por exposición a sangre infectada o por transmisión de una futura madre infectada por el VIH a su hijo vía transplacentaria y durante la lactancia.
El VIH no se transmite al dar o recibir caricias, besar, toser o estornudar, abrazar, compartir el teléfono, visitar personas enfermas, compartir mate, comida, cubiertos o vasos, bañarse en piscinas públicas, utilizar el mismo baño, por picaduras de mosquitos y otros insectos, trabajar, relacionarse o convivir con personas infectadas con VIH o donar sangre.
Hasta el momento, no hay cura para el VIH y el SIDA; pero existen tratamientos que ayudan a que las personas que viven con el virus tengan muy buena calidad de vida durante muchos años. Es importante mencionar que por ahora la cura es la prevención del VIH con la familia, amigos, alumnos, personal de salud y solicitar la información necesaria acerca del VIH/SIDA.