La decisión fue comunicada al presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso quien asegura que se basa en un exhaustivo análisis de seguridad llevado a cabo por la Policía Nacional y otros servicios de inteligencia del país.
Según el comunicado oficial, la medida responde a los hechos de violencia que ocurrieron en Río de Janeiro el pasado 23 de octubre, durante el primer partido de la serie entre ambos clubes, que elevaron el clima de hostilidad y evidenciaron el «alto riesgo» de permitir la presencia de ambas parcialidades en el estadio.
El Ministerio del Interior instó a la Asociación Uruguaya de Fútbol a realizar las gestiones pertinentes ante la Confederación Sudamericana de Fútbol para garantizar que se respete esta decisión, priorizando la seguridad en el desarrollo del evento.