La infancia es un período de tiempo que comprende diferentes etapas de la vida de niños y niñas, se refiere, no solo a sus condiciones biológicas o físicas, sino a esos momentos y condiciones sociales, culturales y de la calidad de vida (educación, salud, alimentación, cuidado, afecto, entre otras), que son necesarias para que un niño o niña crezca y se desarrolle.
Aunque los derechos de los niños, niñas y adolescentes no han cambiado, el mundo los expone a nuevos desafíos. La pobreza; desnutrición; violencia, incluyendo la trata y la explotación laboral; desescolarización; cambio climático; salud integral; nutrición de calidad; ambiente familiar protector; enfermedades mentales y el uso de sustancias, son algunas de las problemáticas que enfrentan los infantes en la actualidad.
UNICEF denuncia que en 2023, los derechos de la infancia fueron objeto de ataques en comunidades de todo el mundo. Muchos de los más de 450 millones de niños y niñas que viven en zonas de conflicto o han huido de ellas, padecen un sufrimiento inimaginable debido a la violación o denegación de sus derechos.
Además, los prolongados conflictos coinciden con otras crisis devastadoras en 2023, incluidas varias catástrofes y emergencias relacionadas con la salud pública. Y el cambio climático siguió causando estragos en las vidas de los jóvenes, provocando graves sequías, olas de calor y tormentas cada vez más intensas.
En Uruguay, la infancia se caracteriza por algunos aspectos, como el acceso a la educación, la protección de los niños y la atención a la primera infancia. Y aunque el 98% de los niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 17 años están inscritos en el sistema educativo, la inasistencia escolar es alta, y se estima que los niños pierden casi un año en promedio por inasistencias en los seis años que dura la educación primaria.
La misma UNICEF Uruguay afirma que la pobreza infantil se ha mantenido en cerca de 20% en los últimos diez años, prácticamente duplicando el porcentaje de pobreza general del país. Esto afecta el desarrollo de más de 150.000 niños, sus familias y la sociedad en su conjunto, ya que la infancia es una etapa clave que determina el desarrollo de niños, niñas y adolescentes y sus capacidades para su posterior inserción en la vida adulta.
Cuando un niño o niña nace en una familia bajo la línea de pobreza, sus oportunidades no son las mismas que las de los demás. Por lo tanto, ellos hacen un llamado a los responsables gubernamentales a realizar un esfuerzo para que ningún niño, niña o adolescente viva en la pobreza.
Por otra parte, el informe “Infancia como prioridad” que habla de los desafíos en las políticas públicas de nuestro país, asegura que la violencia contra la infancia tiene una alta prevalencia. Los datos disponibles muestran una alta utilización de métodos de crianza violentos en el ámbito doméstico, pese a que la evidencia nacional e internacional es muy clara sobre las consecuencias negativas que tiene el maltrato en el desarrollo de los niños.
En 2018, la Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (ENDIS) incorporó la medición de la violencia en niños de entre 2 y 4 años. Su aplicación volvió a evidenciar una alta prevalencia de métodos de disciplina violentos: el 52,5% de los niños y niñas de 2 a 4 años habían sido sometidos a algún método de disciplina violenta.
Un dato impactante es que de 7 de cada 10 casos de violencia sexual denunciados ante la policía, la víctima es un niño, niña u adolescente. El abuso sexual es la principal modalidad de violencia sexual denunciada de las ejercidas contra niños, niñas y adolescentes (91%).
El Día Mundial de la Infancia es una jornada dedicada a la acción por y para los niños y las niñas en todo el mundo. Los derechos de la infancia son derechos humanos y son innegociables y universales, pero, en la actualidad, son demasiados los lugares donde los derechos de los niños y niñas se malinterpretan o se ignoran.