Juan Rulfo, nacido en 1917 en Apulco, Jalisco, se convirtió en uno de los más grandes escritores de la literatura latinoamericana. Su infancia marcada por la tragedia y la experiencia de la vida rural mexicana moldearon su visión del mundo y su obra literaria. Con obras como «El llano en llamas» y «Pedro Páramo», logró capturar la esencia de la vida rural y las complejidades de la condición humana.
La infancia de Rulfo estuvo marcada por la pérdida de sus padres durante la Revolución Mexicana, lo que dejó una profunda huella en su vida y en su forma de ver el mundo. A pesar de la dualidad entre la vida rural y la ciudad, encontró en la escritura su camino hacia la expresión y la exploración de la condición humana.
Rulfo comenzó su carrera literaria en la década de 1940, participando en talleres de escritura y publicando relatos en diversas revistas. Su primera colección de cuentos, «El llano en llamas», fue publicada en 1953 y recibió elogios de la crítica. En este libro, Rulfo retrata la vida de los campesinos en la vasta llanura de Jalisco, abordando temas como la pobreza, la soledad y la lucha por la supervivencia. Los personajes de Rulfo son a menudo personas marginadas, atrapadas en un ciclo de desesperanza y sufrimiento, lo que refleja la dura realidad de la vida rural en México.
La novela «Pedro Páramo», publicada en 1955, es considerada una de las obras más importantes de la literatura en español. La historia sigue a Juan Preciado, quien viaja al pueblo de Comala en busca de su padre, Pedro Páramo. A medida que avanza la trama, se revela un mundo fantasmal donde los muertos hablan y las voces del pasado se entrelazan con la realidad. La narrativa no lineal y el uso del realismo mágico son características distintivas de la obra, que ha influido en numerosos escritores posteriores.
«Pedro Páramo» explora temas como la muerte, la memoria y la identidad, y ha sido objeto de múltiples interpretaciones. La obra no solo es un retrato de la vida rural mexicana, sino también una reflexión sobre la soledad y la búsqueda de significado en un mundo caótico.
El estilo de Rulfo se caracteriza por su lenguaje poético y su capacidad para evocar imágenes vívidas. Utiliza un tono melancólico y nostálgico, creando una atmósfera densa que invita al lector a sumergirse en sus relatos. Sus descripciones de la naturaleza y el paisaje mexicano son igualmente impactantes, reflejando tanto la belleza como la desolación de la tierra que habitó.
Los temas recurrentes en la obra de Rulfo incluyen la muerte, el destino y la lucha del ser humano contra las adversidades. A través de sus personajes, Rulfo explora la condición humana en todas sus facetas, desde la esperanza hasta la desesperanza, lo que lo convierte en un autor universalmente relevante.
Rulfo también fue un destacado fotógrafo y guionista, y su trabajo abarcó múltiples formas de expresión artística. Sin embargo, prefirió llevar una vida discreta y alejada del bullicio literario. Falleció el 7 de enero de 1986, pero su legado perdura a través de sus obras, que siguen siendo estudiadas y celebradas en todo el mundo.
A pesar de su discreción y alejamiento del bullicio literario, Juan Rulfo sigue siendo un referente ineludible en la cultura mexicana y mundial. Su capacidad para revelar verdades universales a través de la belleza de su prosa asegura que su legado continúe vivo en la mente y corazón de lectores de todas las generaciones.
Una recomendación para cualquier persona. Dos obras maestras que se leen y se vuelven a leer. Eso sí, una lástima: no escriibó más. Según decía, para escribirjay que tener tiempo y en su rabajo (empeado de Correos, si no le erro) no concedían liciencias para escribir. Viendo como mamotretos insoportables son publicitados como grandes obras (la biografía de Amodio Pérez, por ejemplo, o el interminable El código DaVinci), la invitación a conocer un grande de la literatura.