El próximo gobierno del Frente Amplio deberá hacerse cargo de la conducción del país en un contexto global complejo.
Una parte de esa complejidad está representada por el resurgimiento de la ultraderecha de manera especialmente agresiva. En Uruguay la misma no tiene una presencia gravitante como la que está consiguiendo en otras latitudes, por cierto muy próximas. Pero ello no es razón para presuponer que la actual correlación de fuerzas podrá mantenerse estática, especialmente cuando hay continuo acceso al territorio de la llamada batalla cultural que se lleva a cabo utilizando plataformas digitales.
Hay dos factores a tener en cuenta.
El primero es la potencial influencia que puede ejercer esa batalla cultural que impulsan los influencers de la derecha libertaria argentina en las redes sociales. Temas tales como la inutilidad del estado, el rechazo a los servicios públicos de educación, salud y a las acciones de protección hacia los más vulnerables, la cuestión de la igualdad de género, el derecho al aborto, así como el discurso de odio e intolerancia que se difunde con anuencia del Poder Ejecutivo del país vecino, podrían encontrar algún eco en algunos sectores de la sociedad uruguaya. No se debe bajar la guardia y ese territorio de ninguna manera debe ser cedido de manera irresponsable a estos sectores.
Pero el segundo factor que se debe tener en cuenta, tiene una gravitación indudable a la cual nuestro país no puede sustraerse de ninguna manera. El ascenso de Donald Trump se está verificando mediante una alianza explícita con los sectores más poderosos y ultraconcentrados del mundo de la economía y las finanzas, del complejo armamentístico y tecnológico y muy especialmente, del universo de las comunicaciones digitales y del control privado de la industria del conocimiento.
Testimonio de esta situación son las afirmaciones del presidente Biden en su último mensaje a la nación y al mundo, cuando manifestó que ….»Quiero advertir al país sobre algunas cosas que me preocupan mucho. Es la peligrosa concentración de poder en manos de unas pocas personas ultra ricas y las peligrosas consecuencias que puede tener, si no se controla su abuso de poder.» Y respecto a la embestida de esta nueva derecha señaló que » …. los estadounidenses están siendo enterrados bajo una avalancha de información errónea y desinformación, que permite el abuso de poder. La prensa libre se está desmoronando. Los errores están desapareciendo. Las redes están renunciando a la verificación de contenidos…»
Biden está anunciando que la democracia americana estará sometida a una presión de nuevo tipo ejercida no sólo desde los poderes orgánicos del estado, sino también por el protagonismo de personajes muy poderosos que utilizarán los resortes del poder público para potenciar aún más el inmenso poder económico y cultural que ya están ejerciendo, particularmente a partir de la masificación de la telefonía celular inteligente y de las nuevas tecnologías de punta, dentro de las cuales la Inteligencia Artificial es sin dudas, el aspecto más sobresaliente.
En América Latina esta nueva realidad se sentirá de manera muy directa.
Una de las mayores fuentes de tensión es la creciente presencia de China. Además de ser un socio comercial importante de la mayoría de los países de la región, China presiona activamente por acceder a las materias primas estratégicas, generando situaciones de controversia con Estados Unidos, toda vez que hay un manifiesto retorno a la puesta en vigencia de la Doctrina Monroe . La principal fuente de conflictos potenciales se relaciona con las inversiones chinas directas en infraestructura estratégica, tal como es el caso del puerto de Chancay en Perú, habilitando la interconexión bioceánica mediante la cual Brasil accede de manera mucho más directa y eficiente a los mercados asiáticos. Estas inversiones explican parcialmente la agresividad expresada por Trump cuando proclamó la importancia que representa para Estados Unidos volver a ejercer un control directo sobre el Canal de Panamá, obviando los tratados vigentes en esa materia a partir del acuerdo Carter-Torrijos de 1979.
A los problemas derivados de la disputa comercial, se le suman otros factores de tensión como la creciente presencia del crimen organizado derivada del prohibicionismo impuesto por la administración Nixon desde mediados del siglo pasado, que ha servido para inundar al mundo con la cocaína que se produce en Colombia, Bolivia y Perú y que se embarca prácticamente desde todos los puertos de nuestros países hacia Estados Unidos y Europa, principalmente.
El próximo gobierno del Frente Amplio deberá esforzarse por resolver los problemas fundamentales domésticos como lo son la pobreza y muy especialmente la pobreza en la infancia, que hoy golpea a aproximadamente a ciento cincuenta mil niños; la restauración de equilibrios macroeconómicos especialmente de aquellos de carácter fiscal; el mejoramiento de la formación docente; la más eficiente y transparente gestión de las instituciones de asistencia médica colectiva que han dado evidencia de requerir de mejores sistemas de contralor para evitar situaciones que ponen en riesgo la atención de la salud de importantes sectores de la población.
En materia de comercio exterior, se deberá estar muy atentos a generar criterios y formas de actuación que hagan posible la inserción del país en el nuevo contexto político y comercial de la región, donde a partir de acciones de cooperación bilateral con Brasil y Perú, se podrá acceder en un futuro próximo a condiciones más competitivas para exportar nuestros productos hacia los mercados asiáticos, especialmente a la República Popular China, utilizando las nuevas infraestructuras de transporte carretero y ferroviario a ser desarrollados.
La creciente fuerza de la derecha global ya se hace sentir de manera muy especial en algunos ámbitos. En tal sentido se han seleccionado cuatro dimensiones que serán abordadas en notas subsiguientes y concatenadas.
La primera tiene relación con la resistencia de la extrema derecha a reconocer el tema de la defensa del ambiente como un ítem estratégico fundamental para la propia sobrevivencia de nuestra especie. El negacionismo del cual hace gala la derecha extrema, intenta boicotear la Agenda 2030. Uruguay podrá aportar su voz y su experiencia alineándose con la defensa estratégica de nuestra casa, como acertadamente la llamó el Papa Francisco.
La segunda dimensión abordará el problema del crimen organizado dentro de América Latina y muy especialmente las formas que está adquiriendo la violencia, la corrupción y el narcotráfico, no solo en la estrategia logística hacia los mercados externos, sino también en las dimensiones regionales, nacionales y locales.
El otro tema que se ha seleccionado es el del impacto de la masificación del uso de teléfonos inteligentes y otros instrumentos tecnológicos equivalentes en el acceso a las redes sociales, especialmente para el caso de los niños y los jóvenes. Constituye un problema de inmensa trascendencia, que además de reconfigurar los procesos de aprendizaje y socialización, generan efectos no deseados inmediatos, tales como la ludopatía y las apuestas online. En tal sentido se requiere de políticas públicas activas y eficientes.
Finalmente, se aborda en la última nota la cuestión del complejo encuadre político de la gestión del Frente Amplio dentro de la realidad regional, señalando la importancia que puede representar una gestión exitosa para el fortalecimiento de un humanismo progresista a nivel latinoamericano.
El dilema para Uruguay es simple, o sigue siendo una pequeña neocolonia de occidente de la cual se extraen recursos naturales a precios de regalo desconociendo la necesidades de sus habitantes y su calidad de vida o se integra a los BRICS y apuesta a una mancomunidad de paises libres de imposiciones economicas y politicas y un futuro de desarrollo compartido.
Nadie se asuste porque ya esta decidida la primera opcion y el tema sera la administración de dicha opcion a lo largo de estos cinco años que por supuesto terminaran en un deterioro general mayor que al empezar y en una alternancia futura con un partido de extrema derecha. Y asi sucesivamente per “secula seculorum” hasta que la izquierda (si todavia existe) diga basta.
Lo mas importante es que haya suficientes y diferentes fuentes de informacion a fin de que el ciudadano pueda formar una opinion Eso es lo que debemos defender porque ya se sabe que en todos lados hay inteteses creados Y ademas se debe pedir pruebas de lo que se afirma En el Proyecto Arazati las pruebas no aparecen
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