El conflicto armado en la región del Catatumbo, ubicada en el noreste de Colombia, ha desplazado a unas 20.000 personas, quienes han tenido que abandonar sus hogares debido a los violentos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un grupo disidente de las FARC. Según el Ejército Nacional, hasta ayer se reportaron alrededor de 19.800 desplazados en albergues organizados por las autoridades locales en los municipios de Cúcuta, Ocaña y Tibú.
El brigadier general Erick Rodríguez informó que, además, 320 personas, entre ellas líderes sociales y excombatientes de las FARC, fueron evacuadas por vía aérea para garantizar su seguridad. Para mitigar las necesidades básicas de las familias afectadas, la Unidad para las Víctimas de Colombia envió 28 toneladas de asistencia humanitaria, incluyendo alimentos, ropa y artículos de higiene.
La defensora del Pueblo, Irín Marín, alertó sobre la imposibilidad de recuperar todos los cuerpos de las víctimas mortales en la zona, que podrían sumar entre 80 y 90, según fuentes locales.
Ante la gravedad de la situación, el presidente Gustavo Petro declaró el estado de conmoción interior y emergencia económica en la región, lo que le permite al gobierno tomar medidas excepcionales para controlar la crisis. La Fuerza Pública también ha reforzado su presencia en la zona, mientras que el gobierno suspendió las negociaciones con el ELN debido a la intensificación del conflicto.
El impacto de este conflicto sigue siendo devastador, y las autoridades luchan por ofrecer asistencia y restaurar el orden en una de las regiones más afectadas por la violencia en Colombia.