La panresistencia bacteriana (PDR) es la ausencia de sensibilidad por parte de las bacterias para responder favorablemente ante todos los antibióticos que habitualmente son utilizados en el tratamiento. Esta nueva condición comienza a ser una preocupación y un reto para la salud pública mundial.
Un reciente estudio publicado revela un panorama bastante aterrador: a medida que el uso de antibióticos aumenta globalmente, también lo hace la capacidad de las bacterias para resistirlos. Este fenómeno, conocido como resistencia multidroga, representa un riesgo significativo. Pero lo más preocupante es la aparición de patógenos con resistencia a todos los antibióticos conocidos; en esta fase entra en juego la panresistencia.
Aunque la cepa panresistente modelada aún no existe, los investigadores destacan que la velocidad con la que las bacterias están evolucionando hace que sea solo cuestión de tiempo. Esto podría ocurrir dentro de un año o en varias décadas, pero la falta de precisión en las predicciones no disminuye la urgencia del problema.
Pero la comunidad internacional ya se comienza a preparar para la inminente amenaza; actualmente existen medidas que pueden mitigar sus efectos. Los gobiernos, las industrias y los individuos tienen un papel particularmente relevante a la hora de frenar el avance de la resistencia a los antibióticos. Las políticas que regulen el uso responsable de antibióticos en la producción de alimentos y en la medicina son esenciales, así como la promoción de tecnologías para rastrear la aparición y propagación de la resistencia. A pesar de que la ciencia se encuentra en constante evolución en materia de investigación de nuevas opciones terapéuticas, se necesita redoblar esfuerzos dada la urgente necesidad de combatir la resistencia bacteriana.