Para comprender las cosas primero debemos partir por el hecho de saber lo que son, el Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, considerado el más sagrado para los musulmanes. Y durante este mes los creyentes practican el ayuno desde el amanecer hasta el atardecer, lo que significa no comer, beber ni realizar otras actividades físicas o emocionales que puedan distraerlos de la devoción espiritual. El ayuno no es solo físico, sino también un ejercicio de autocontrol, paciencia y empatía hacia los más necesitados.
El Ramadán es un tiempo de reflexión, oración y comunidad. Al final del mes, los musulmanes celebran el Eid al-Fitr, una fiesta de agradecimiento que marca el fin del ayuno. Este mes tiene un enfoque muy profundo en la purificación tanto del cuerpo como del alma.
Hace unos días en la importante celebración del Ramadán se contó con la presencia de distinguidos invitados como el Embajador del Reino de Arabia Saudita; Eyad Hakeem quien junto a todos los miembros de la embajada se encargaron de realizar un Ramadán perfecto; el Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Mario Lubetkin; y el Director Nacional de Industrias del Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Adrián Míguez. También estuvieron presentes el Nuncio Apostólico, Monseñor Gianfranco Gallone; el Embajador de la República Libanesa, Ali Al-Ghazzawi; el Encargado de Negocios a.i. del Estado de Qatar, Saad Al-Kubaisi; el Vice Cónsul de la Embajada de la República Árabe de Egipto, Miral Hendi; la Encargada de Negocios a.i. del Estado de Palestina, Nadia Qaraqra; el Embajador de la República de Türkiye, Tunca Özçuhadar; y el Encargado de Negocios de la República de Azerbaiyán, Adil Shukurov.
Durante la velada, todos los presentes compartimos un iftar, la comida tradicional con la que se rompe el ayuno durante el Ramadán, en un ambiente de cordialidad y respeto mutuo. Donde dejan en claro que este tipo de encuentros son una oportunidad para fortalecer las relaciones bilaterales entre Uruguay y las naciones representadas, así como para promover el entendimiento cultural y la cooperación en diversos ámbitos donde el respeto y la empatía son fundamentales para un futuro mejor.
Si bien es cierto el motivo principal fue la celebración del Ramadán, también fue un reflejo de sinergias y compromisos de los países participantes por trabajar juntos en la construcción de una sociedad más inclusiva y en el entendimiento de valores universales como la paz, el respeto y la solidaridad. La noche terminó con un sentimiento de unidad y la esperanza de seguir construyendo puentes entre naciones para enfrentar los desafíos globales y sobre todo conocer un poco más sobre los distinguidos invitados que se encontraban en la cena, cabe mencionar que la cena estuvo completa en todos los sentidos y ya que hubo una gran variedad de platos que nos sorprendieron en el mejor de los sentido.
Este encuentro diplomático reafirmó la importancia de la diplomacia cultural y los lazos que unen a los países a través de tradiciones y valores compartidos, mostrando que más allá de las diferencias, siempre hay espacio para el entendimiento y la cooperación.
El Islam tiene enormes, gigantescos problemas para aceptar las diferencias culturales y políticas. De hecho las guerras civiles e internacionales en los países islámico , empiezan justamente por este tema: prevalece la cultura religiosa absoluta o prevalecen las diferencias culturales regionales…es mucho más probable que este tipo de encuentros, los países árabes lo vivan como una “oportunidad” para islamizar, que para intercambiar y respetar ideas.
La expansión judeo-sionista es la que esta ocasionando las guerras en medio oriente apoyados por los intereses yankees de control sobre el petróleo de los cuales los judeo-sionistas se aprovechan. Para eso asesinan miles de niños, mujeres, ancianos y hombres inocentes. Familias enteras.
Recuerden que ustedes no tienen derecho esas tierras.
La Palestina de la antigüedad
A partir de 3000 A.C. es posible seguir los acontecimientos de diversos pueblos y civilizaciones que se sucedieron y mezclaron en la tierra de Canaán, región que se extendía del Jordán al Mediterráneo y de los territorios de la actual Siria al Sinaí. Hablaban diversos dialectos semíticos, comerciaban con la Mesopotamia, Egipto y otros. En 1900 A.C., cuando llegaron desde la Mesopotamia los primeros Hebreos (según la tradición bíblica, Abraham y su tribu), algunas ciudades como Jerusalén, Hebrón, Jericó, Gaza, etc., eran ya prósperas.
Durante siglos, siguieron llegando a esta tierra tribus israelitas. Combatieron y se mezclaron con las poblaciones del lugar, hasta que, alrededor de 1000 A.C., fundaron su reino. De acuerdo con la Biblia, el rey Salomón construyó el Primer Templo en Jerusalén entre los años 961-922 A.C. Después de su muerte, el reino de Israel se dividió en dos (en el sur nació el reino de Judea, de donde proviene el nombre de «Judíos»). En 586 A.C. los babilonios conquistaron Judea, destruyeron el Templo y deportaron a la elite de la población. Cuando Ciro de Persia conquistaría Babilonia, los Hebreos volverían del exilio y reconstruirían Jerusalén, con un Segundo Templo.
Con el Imperio persiano (539-331 A.C.) se unifica política y lingüísticamente (arameo) la región actualmente llamada Medio Oriente y se produce una nueva mezcla de poblaciones. Entre éstas, en particular, se encontraban los árabes, que a partir de ese periodo penetrarán el área siempre en mayor número (ya el historiador Herodoto habla de ello en 400 A.C.).
Siguen varios acontecimientos políticos que dejan una marca en la historia de Palestina: la conquista de Alejandro Magno (332 A.C.), el renacimiento del último reino hebraico de Judea en 165 A.C. y el dominio romano (63 A.C-313 A.C.), durante el que se producen eventos que tendrán consecuencias importantes: la predicación de Jesús y el nacimiento del cristianismo; la destrucción del Segundo Templo por obra de los Romanos (70 D.C.) y el comienzo de la diáspora de los Hebreos, que empiezan a difundirse en las regiones vecinas y en Europa, pese a que un gran número permanecerá en Palestina por muchos siglos.
Después de un periodo de dominación bizantina (313-636), Palestina es conquistada por los Árabes (638 D.C.). Omar, el segundo califa del Islam, hace construir la Cúpula de la roca y la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, cerca de las ruinas del Segundo Templo (del que resta el llamado «muro de los lamentos»).
En los siglos siguientes, Palestina sufre nuevamente invasiones y conquistas, en primer lugar la de los Cruzados (1099-1291), que a su vez sufrirán una derrota parcial a manos de Salah Al-Din (el Saladino). A partir de 1517 Palestina es englobada en el gran Imperio Otomano y permanece en él hasta su declino, durante la primera guerra mundial.
Me temo que no coincidimos. La gran expansión del Islam en la Edad Media se debió a la conversión (mediante la prédica y no por el terror o la esclavitud impuesta a la fuerza. Prueba es que cuando los moros invaden España sólo había unos 300 árabes. El resto de eran moros, convertidos a la fe islámica. En el Islam no existe la Inquisición que mata gente en al tortura, no se crucifica a nadie ni se queman herejes. Hay por supuesto, fanáticos como en Afganistán, que imponen la ley religiosa a límites irracionales y monstruosos, sobre todo contra la mujer. Tan monstruosos son esos límites como las guerras de religión en Europa o el genocidio en América y África por parte de los europeos. NI el Corán ni la Biblia hablan de la conversión forzada, ni de quemar a los que profesen otras religiones. Eso proviene de los fanáticos de turno que tengan el poder.
Qué ignorancia señor Rozentraub.
Los países islámicos no generan guerras sino es por intervención de estados unidos para salvaguardar sus intereses.
Y esto está demostrado a lo largo de la historia.
Los países islámicos no islamizan a nadie sino que la gente tiene razocinio propio y se da cuenta lo que es conveniente para la sociedad.
Asi que no tengas miedo. Solo tenes que leer e informarte un poquito más.