Uruguay está dentro del listado de países que cuentan con óptimas condiciones para la exportación del hidrógeno verde, aunque claro está que esto dependerá del desarrollo que éste tenga y de cómo sea la competencia frente a otros países, así como también de la necesidad de los posibles compradores de pagar por ese hidrógeno.
“Básicamente, con lo que nosotros contamos es con una energía renovable que prácticamente es como el 100 por ciento de la generación eléctrica del país. Un 97 por ciento de lo que generamos, lo generamos a través de fuentes renovables convencionales como la hidráulica y no convencionales como la eólica y la solar. Por lo tanto, esa es una de las grandes condiciones que Uruguay tiene”, comentó el subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay (MIEM), Walter Verri, a Diario La R.
Se cuenta, además, con condiciones de complementariedad entre las energías renovables (que alcanzan hasta un 60 por ciento). Esto quiere decir, por ejemplo, que es posible entrelazarlas durante el día; cuando no hay viento y hay sol y viceversa. Esto genera una complementariedad que se ve en un 65 por ciento de utilidad durante el día.
“Creo que todos somos conscientes de que tenemos que avanzar a la descarbonización y ser carbono neutrales. Los costos decrecientes del hidrógeno y las energías renovables juegan un papel clave a la hora de pensar en el hidrógeno como el combustible del futuro”, sentenció.
Desde el año 2015 se observa una baja de un 50 por ciento en los costos del hidrógeno verde, y se estima que en el 2025 se reduzca aún más (hasta un 30 por ciento), lo cual posibilita que los costos se conviertan en extremadamente competitivos. En la actualidad mundial, existe una tendencia a la descarbonización, por lo cual este es un mercado provechoso y hay razones suficientes para pensar que el proyecto de hidrógeno verde podría posicionar al Uruguay como un país netamente exportador.
A su vez, existen proyectos que ya han solicitado los permisos ambientales y la localización de ordenamiento territorial en el norte del país (específicamente en Tacuarembó) para la fabricación de metanol. También se está frente a la posibilidad de producir combustible para aviones (kerosene), que de alguna forma es otro de los combustibles que puede ser fabricado con hidrógeno verde; en última instancia, el transporte de larga distancia y la industria pueden ser un desarrollo del mismo también para cambiar la quema de combustibles fósiles.
En torno a la movilidad sustentable y las facilidades que esta presenta, Verri afirma que las mismas son numerosas. Primeramente, los vehículos eléctricos y sus accesorios carecen de impuestos, por lo tanto pueden ser traídos sin necesidad de pagar un costo extra.
En cuanto al sistema de carga, sostuvo que es posible hacerlo desde el hogar y aprovechar los costos reducidos por tarifas especiales que la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE) tiene en la noche. Si se aprovecha la tarifa diferencial, el precio es sumamente económico en comparación al combustible fósil.
“Además, en la red de estaciones de servicio de todo el Uruguay hay puntos de carga que permiten asegurar que cualquiera sea la dirección del país a la que usted se dirija en el camino va a encontrar sitios donde cargar su batería para llegar a destino. Apuntamos fuertemente con UTE y con algunos operadores privados a que los cargadores sean de carga rápida. Damos incentivos para que la colocación de éstos sea realizada por los operadores privados como un servicio más a sus clientes”, comentó.
Con respecto a la duración de la batería, ésta depende del modelo del vehículo y, obviamente, de las condiciones de fabricación que tenga, además de las características de manejo tales como la velocidad y el momento del día. Se prevé que los autos de alta gama en promedio lleguen a tener unos 600 kilómetros y los normales entre 350 y 400 kilómetros, pero estas cifras son un tanto arbitrarias debido a que no todas las marcas son iguales.
El tema de la vida útil de la batería está siendo trabajado en coordinación con el Ministerio de Ambiente (MA); este asunto preocupa y está siendo atendido adecuadamente. Por el momento se prevé realizar procesos de reutilización o de deposición final de la misma cuando ya no tenga utilidad.
En relación a los desafíos logísticos que podría enfrentar la exportación de hidrógeno verde, Verri afirmó que “seguramente se vaya a necesitar infraestructura portuaria, puertos de aguas más profundas. Estos desarrollos vendrán después. No nos olvidemos que hace poco elaboramos una hoja de ruta del hidrógeno verde donde se delimitan las pautas de avance del país en los próximos años si se llegara a concretar la producción del mismo. Entre otras cosas, está también el desarrollar la infraestructura necesaria para el transporte y el almacenaje del hidrógeno.”
Según informa el subsecretario del MIEM, en torno al tema de las inversiones, estas han de ser realizadas por privados. En torno a lo público, existen algunos avances que la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) ha impulsado. Se trata de alguna línea de negocios que está en proceso de desarrollo como la generación de la energía solar y eólica en la plataforma continental uruguaya y que la empresa pública estatal tiene intenciones de desplegar a partir del conocimiento que tiene sobre suelo marino. De lo contrario, se piensa que esta es una inversión que los privados deben realizar.
La clave:
“La movilidad sustentable y el hidrógeno verde son importantes para este Ministerio, ya que apostamos a un mundo cada vez más descarbonizado. Queremos cumplir los compromisos internacionales que hemos asumido y con esa mirada es que avanzamos en potenciar e incentivar la movilidad sustentable”
Walter Verri – Subsecretario de Industria, Energía y Minería
