Sorpresa cuando ayer en Ancap el detectar en su software al sistema de control de la flota de vehículos del Estado y el seguimiento satelital. Desde la empresa petrolera se señaló que técnicos de Ancap, Ducsa, Matriz (una filial de Ancap de consultoria) junto a una firma especializada, detectaron líneas de código anómalas en el software que gestiona el expendio de combustible a vehículos oficiales y la información relacionada con ubicación y rendimiento de los mismos. Esto fue mediante una revisión «de rigor» que se realiza. El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic dijo que se trataba de un «código de fuente maliciosa en el cual deliberadamente se fijaba una fecha prefijada para que el sistema colapsara».
Según pudo saber diario La R, la fecha en que el software debía fallar era agosto de este año, ocasión en que el sistema comenzaría a no autorizar ordenes de despacho.
La amenaza detectada detenía el normal funcionamiento en lo que era la autorización de carga de combustible en la estaciones Ancap, dónde se abastecen ambulancias, patrulleros y otros vehículos destinados a servicios críticos. Si el sistema se paralizaba, como estaba previsto, «se generarían demoras en la carga de combustible para los vehículos que llegaban las estaciones Ancap a la vez de falsear el posicionamiento satelital de los mismos. Eso multiplicado por las transacciones que se hacen por día llevaría al colapso del sistema» dijo Stipanicic.
El sistema de gestion vehícular abarca 16 mil vehículos del Estado, entre ellos escenciales como ambulancias o patrulleros y también 2,000 particulares están adheridos al sistema. De haber tenido éxito la maniobra, cuando llegará un vehículo a cargar combustible, el sistema no lo autorizaría. Por día con este sistema se autorizan 400 cargas.
El presidente de Ancap agregó que «los técnicos nos recomendaron sacar de línea el sistema y pasar a un plan de contingencia que ya estaba previsto». Este plan es aislar cada una de las estaciones de servicio, dónde los vehículos autorizados podrán seguir cargando combustible, pero se verá afectado el servicio de geolocalización que tienen los autos de la flota del Estado, por lo tanto ahora no se podrá saber dónde están.
Ante al pregunta de si se podía tratar de un hackeo externo o interno, Stipanicic manifestó que «no se puede aseverar nada por el momento». «Lo que podemos señalar es que el programa tiene líneas de código que son indebidas y que estaban destinadas a generar los inconvenientes mencionados» manifestó.
El programa en cuestión databa de los años 90 y estaba previsto su cambio en los próximos meses. Se espera que la división informática de Delitos Complejos de la Policía participe de la investigación, para determinar varios puntos. Uno de ellos y el principal, desde cuando la línea de código modificado se encuentra en el programa, porque podría ser desde hace poco tiempo a varios años. Y dos, saber si fue un trabajo externo o interno.
Para ser externo debía tratarse de un procedimiento efectuado por hackers, lo cuales ingresaron por la red y podrían pedir un «rescate» para restaurar el sistema. Si fuera interno (que es lo más probable por el término utilizado por Ancap de «sabotaje») lo fundamental es determinar en que fecha se hicieron los cambios en el software y quienes tenían acceso al sistema y capacidad para efectuar una tan complicada maniobra.
