“Sé que estamos privadas de nuestra libertad, pero somos seres humanos en rehabilitación”

Reclusas de la cárcel de Rivera denuncian falta de asistencia y otras vulneraciones a sus derechos.

Instituto Nacional de Rehabilitación. Rivera.
Instituto Nacional de Rehabilitación. Rivera.

La web «Tribuna Repleta» de Rivera ha difundido una carta escrita por una persona privada de libertad (PPL) en la unidad 12, anexo femenino, que va dirigida a la prensa y a cualquier persona interesada en conocer la situación de las PPL en esa unidad. 

En la misiva, la autora detalla la falta de atención médica adecuada, la ausencia de comunicación con sus familiares y la falta de seguridad en la unidad. 

Asimismo, se hace mención al riesgo de represalias si las PPL hablan sobre su situación y la violación de sus derechos humanos. La carta es una expresión de la situación que enfrentan las PPL y una petición para que se respeten sus derechos, se les brinde atención médica adecuada, seguridad y se respeten sus derechos humanos.

Carta

Hola, acá quien suscribe las PPL (personas privadas de libertad) de la unidad 12, anexo femenino. Queremos hacer llegar a usted ya todos los que hacen parte de la prensa y contar la deplorable situación que estamos pasando.

Nos trajeron a un lugar donde siquiera hay una policlínica con atención médica las 24 horas. Hay días en que ni siquiera vienen los enfermos a dar nuestra medicación. 

Tenemos un bebé de 11 meses, una embarazada de 8 meses y aún no se movieron para darle domiciliaria, que es su derecho por ley y más a esta altura de su gestación. Tenemos personas de edad y personas que tienen problemas de presión y que al mismo tiempo sufren de convulsiones.

Hoy nos encontramos con la situación de una PPL de edad que tiene problemas de presión alta y en dos horas tuvo más de 3 convulsiones y más de 2 desmayos. Llamaron al móvil y demoró aproximadamente 2 horas en llegar para auxiliar a la señora. 

No hace ni un mes nos trajeron acá a la granja y ya sabían los superiores que no íbamos a tener la atención médica que utilizamos cuando nos encontrábamos recluidas en la Rodó. 

En la Rodó, cuando se necesite atención en menos de 10 minutos de ejercicio. Esta es la primera vez que pasamos por esta situación de desespero, pero estamos seguros de que no es la última. 

Nos prometieron mil y una cosa que hasta ahora no se cumplieron.

Llegamos y no utilizamos ni un tipo de comunicación para avisar a nuestra familia. Después de 3 días nos instalaron el mismo cabinetero que utilizó en la Rodó, que ya estaba con problemas. 

Hay días que nuestra familia no puede hablar con nosotras porque hay sólo uno y somos 34, sin hablar que el cabinero no se escucha nada, mal podemos hablar. 

Tenemos a 4 compañeras trabajando en la quinta peligrando ser picadas por víboras venenosas que ya mataron 2 en una semana. Se encuentran sin accesorios adecuados para trabajar en una quinta y si pasa algo no tienen asistencia médica, tendrán después de 2 horas como pasó hoy con la señora. Estamos amenazadas desde cuando nos encontrábamos recluidas en la Rodó, cualquier tipo de manifestación «sur» dicho por el mismo subdirector.

No tenemos derecho a opinar nada, no nos podemos negar a nada porque surge nuevamente el tema de traslado al sur. 

Sé que estamos privados de nuestra libertad, pero somos seres humanos en rehabilitación y no personas para ser sentenciadas o amenazadas. Muchas de nosotras quedamos sin visitas y sin paquetes porque estamos a 40 km de la ciudad. 

Muchas veces se hacia difícil en el centro, ¡imagínense ahora que estamos en el medio de la nada! Siquiera en la guardia tienen papel higiénico para darnos. Nos apoyamos entre todas, pero muchas veces no alcanza.

Sin hablar que ahora tenemos solamente media hora para cenar y almorzar, tenemos que tragar la comida para volver a trancarnos.

No adelanta en nada un lugar con mínima seguridad, si solamente 5 personas tienen extra muro, que son las que pueden salir para fuera del tejido. Una tiene 65 años de edad y la misma que pasó mal hoy tiene 58 años. 

Esas son las que son encargadas de sacar las basuras, que no son para nada livianas y tienen que cargar cajas pesadísimas. Y nosotras no podemos ayudar en nada porque no nos permiten salir para fuera del tejido. 

Espero que este desahogo de las PPL sea comunicado a todos los lados, trate de romper este gran silencio y ya no nos importa ser amenazadas y mucho menos que nos manden al sur. 

Necesitaba romper este gran silencio y ya no nos importa ser amenazadas y mucho menos que nos manden al sur. Queremos nuestros derechos, pagar nuestra pena con seguridad y no una condena. Le agradezco mucho su atención y espero que este desahogo sea con una respuesta favorable a nosotras y que de alguna forma esto nos pueda ayudar a salir de esta triste realidad.

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