«Próximamente podremos decir ‘Jacinto Vera, beato’. Fue el primer obispo de Uruguay, que recorrió toda la patria, que llevó la paz a los corazones, que atendió a los pobres y colsoló a todos los afligidos. El que dio pie al laicado católico, el que trajo muchas congregaciones apra que trabajaran en la asistencia a los hospitales y los pobres. Todo eso lo celebramos», dijo el Arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla.
La Conferencia Episcopal por otra parte recordó que Vera fue «misionero y apóstol de la ciudad y la campaña, recorrió tres veces todo el país. Socorrió a los heridos de las guerras civiles y encabezó misiones de paz. Padre de los pobres, amigo de sus sacerdotes, fue promotor del compromiso de los cristianos laicos en la vida de la sociedad de la época. Promovió la educación y la prensa católica. Fundó el seminario para la formación de los sacerdotes».
El milagro reconocido por el papa Francisco es la curación rápida, duradera y completa de una niña de 14 años ocurrida el 8 de octubre de 1936. La niña se llamaba María del Carmen Artagaveytia Usher
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