El informe final de la Comisión Investigadora de Accidentes e Incidentes de Aviación (CIACIA) indicó que el accidente de la aeronave argentina Piper PA 24 que tuvo lugar en la tarde del 22 de agosto de 2021 en la cima de la Sierra de las Ánimas fue el resultado de un fallo de pilotaje.
La avioneta partió ese mismo día del aeropuerto internacional de San Fernando de la provincia de Buenos Aires (Argentina) y tenía destino al aeropuerto internacional de Laguna del Sauce (SULS), donde debía levantar dos pasajeros. Sin embargo, sobre las 12:45 horas de ese día, impactó contra la formación, lo que ocasionó la muerte de los dos pilotos que sobre ella se desplazaban.
De acuerdo con el documento presentado por la CIACIA y difundido por Correo de Punta del Este, el error se presentó en el pilotaje, donde el piloto “demostró varias veces la pérdida de conciencia situacional, antes y después de despegar”.
El inicio del vuelo
El piloto firmó el plan de vuelo de acuerdo a lo establecido, incluso detalles entre los que se destaca: la autonomía de 4:30 h; el tiempo de vuelo de 1:30 hora; la ruta prevista, que era directo Martín García y luego a Laguna del Sauce, con el aeropuerto de Carrasco como alternado, y vuelo bajo reglas de vuelo visual (VFR), velocidad declarada de 130 nudos.
“No se tiene certeza de la información meteorológica que manejó el piloto para la planificación del vuelo. Luego de despegar, el piloto puso la proa del avión hacia la isla de Martín García y desde ahí con destino a Montevideo. La aeronave estuvo primero bajo jurisdicción del Centro de Control de Tráfico de Colonia y luego de Carrasco. Al sobrevolar Montevideo estando a 3000 pies de altitud, el piloto solicitó volar directo a Laguna del Sauce”, recoge el documento.
Momento del impacto
La aplicación del celular que se utilizó en el vuelo registra que a las 12:35h la nave estaba a 35 millas náuticas (mn) de SUSLS y volaba a 2,5 mn por minuto. A las 12:41h el piloto se reportó a 20 mn del punto y pidió descender a una altitud en la que “encontraría el terreno elevado cubierto de nubes”. Finalmente, la avioneta se estrelló a 15 del aeropuerto, a las 12:45 horas.
“La aeronave se configuró con tren y flaps abajo a una distancia del aeropuerto mayor a 15 millas náuticas. El análisis del proceso de toma de decisiones en vuelo presenta una cadena de toma de decisiones degradada” afirma el informe.
“Habiendo iniciado el vuelo en condiciones visuales, siendo que luego estas condiciones meteorológicas cambiaron a reglas de vuelo instrumental (IFR), considerando que la aeronave no se encontraba habilitada para vuelos IFR, y sumado a la acción de continuar el vuelo, demuestra lo dicho en el párrafo anterior. Pero, considerando que la aeronave se encontraba configurada para aterrizar, y que se solicita descenso visual sin la posibilidad de ver el suelo, debiendo atravesar una capa de nubes para visualizarlo, hace a las condiciones que causaron el mortal accidente. Se entiende que las acciones llevadas adelante indican una inadecuada valoración de las condiciones meteorológicas”, explica.
“Los detalles listados en este factor hacen que el factor humano se constituya en el desencadenante del accidente”, sentencia.
La negativa desde Montevideo
Cuando el piloto solicitó volar directo a Laguna del Sauce, la torre de control le contestó negativo porque en el lugar “se encontraban bastante marginal de visibilidad y de techo”. A su vez, Control Montevideo tenía una falla en su radar que conllevó a que no se autorizaran planes visuales en la zona.
Por la altitud del vuelo y los defectos del sistema de control de tránsito mediante radares, no fue posible contar con un video radar completo que enseñase el desarrollo del vuelo, por lo que no se contó con la posición de radar en los momentos previos al accidente.
Cuando la aeronave iba sobre San Ramón el avión recibió autorización para ir a SULS. La torre de Laguna del Sauce instruyó para que realizara la aproximación a pista 26 así como para el ajuste barométrico y el viento reinante. Poco después, el piloto dijo estar a 20 mn del destino y pidió bajar a 1000 pies de altitud, lo que se autorizó.
Instantes después, la avioneta chocó contra terreno, cerca de la cima de Sierra de las Ánimas. La zona de impacto es un área rocosa de forma y relieve irregular y de unos 300 metros de altura. La nave se destruyó y se desmembró al deslizarse por el terreno irregular, lo que distribuyó los fragmentos. La mayor parte de la aeronave se encontró dividida en cuatro trozos unidos por cables de comando de los controles de vuelo.
El piloto y el acompañante
El documento apunta a que la experiencia del piloto era muy superior a la de su acompañante, lo que pudo tener una incidencia negativa en el vuelo.
“El piloto, respecto del acompañante, tenía un 60% más horas de vuelo, tenía más tipos de aeronaves voladas, había recibido adaptación al PA24 y estaba autorizado por el dueño de la aeronave a volarla. Estas diferencias generaron un gradiente desfavorable entre el piloto y el acompañante, lo que puede haber contribuido a que la carga de trabajo antes y durante el vuelo haya recaído solamente sobre el piloto”, sostiene
“Desde el comienzo del vuelo, el piloto se mostró distraído y/o con pérdida de conciencia situacional, muestra de ello fue la acción de colacionar incorrectamente las instrucciones de rodaje de San Fernando Superficie, posteriormente San Fernando Torre le da la opción de dos salidas, el piloto elige una y al rato la cambia”, añade.
Conclusiones
Las conclusiones del documento recogen que el piloto estaba “debidamente calificado y habilitado para la operación de la aeronave, con su certificación médica aeronáutica vigente, además de tener un 60% más que el pasajero y también pilioto.
Además, indica que si bien el mantenimiento de la aeronave tenía el certificado de aeronavegabilidad vigente, no estaba habilitada para realizar vuelos en condiciones IFR.
El documento es enfático en que “el piloto demostró varias veces la pérdida de conciencia situacional, antes y después de despegar” y que “el control de tránsito informó al piloto de condiciones meteorológicas adversas al vuelo visual en el aeropuerto de destino y en el alterno, y se entiende que antes de San José existía nubosidad que impedía tener contacto visual con el terreno”.
Asimismo, indica que el el control de tránsito negó al piloto volar directo a SULS por las condiciones adversas de SUMU y por no tener radar confiable. Sin embargo, el piloto siguió el vuelo fuera de condiciones VFR, además realizar un vuelo controlado contra la línea de elevaciones presente en su ruta