La reciente instalación de un cerco alambrado de 200 metros en la frontera entre Argentina y Bolivia, en la provincia de Salta, ha generado un fuerte malestar en el gobierno boliviano. La medida, implementada para reforzar los controles migratorios y frenar el contrabando en la zona, no ha sido bien recibida por las autoridades de Bolivia, que han expresado su descontento a través de un comunicado oficial.
La Cancillería boliviana señaló que cualquier acción unilateral en la frontera debe ser evitada, destacando la necesidad de que los temas fronterizos se aborden mediante mecanismos de diálogo bilateral entre ambos países. «Cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica entre pueblos hermanos», indicaron desde el gobierno de Bolivia.
La instalación del cerco forma parte del Plan Güemes del Ministerio de Seguridad de Argentina, que busca aumentar la vigilancia en el norte del país. La obra, que será financiada por la provincia de Salta y supervisada por la Nación, se coloca dentro de un sistema preventivo que se activa durante el aumento del caudal del río Bermejo, y tiene como objetivo garantizar que el cruce de personas entre ambos países se haga de forma legal y bajo los controles establecidos.
Frente a esta medida, el gobierno boliviano ha solicitado información a través de los canales diplomáticos para poder evaluar las implicancias de esta acción y tomar las decisiones que correspondan.
La situación refleja las tensiones que pueden surgir en la región cuando se toman decisiones unilaterales sobre temas tan sensibles como la gestión de fronteras, y plantea interrogantes sobre cómo se resolverán las diferencias mediante el diálogo bilateral.
Y…lo hace Trump…y lo que hace el mono hace la mona…
Milei ya ronda el ridiculo