Así lo ha explicado el organismo en las actas correspondientes a la reunión celebrada entre los pasados días 1 y 2 de agosto, en la que, tras casi un año con los tipos de interés congelados, el banco optó por aplicar una reducción de 50 puntos básicos, situando la tasa en el 13,25%.
El comité ha apuntado que es «poco probable» que se intensifique aún más el ritmo de los ajustes, ya que esto requeriría sorpresas positivas sustanciales que aumentarían aún más la confianza en la dinámica desinflacionaria.
Tal confianza solo vendría con un cambio significativo en los fundamentos de la dinámica de la inflación, como un anclaje mucho más sólido de las expectativas o una tendencia a la baja de la inflación de servicios sustancialmente más rápida de lo esperado.
Extensión de ciclo
Del mismo modo, respecto a la duración del ciclo de ajuste, el banco ha señalado que, atendiendo al escenario macroeconómico, se hace evidente la necesidad de mantener una política monetaria aún contractiva en el horizonte relevante para consolidar la convergencia de la inflación a la meta y el anclaje de las expectativas.
El organismo ha enfatizado que la extensión del ciclo en el tiempo dependerá de la evolución de la dinámica inflacionaria, en particular de los componentes más sensibles a la política monetaria y a la actividad económica, y de las expectativas de inflación, en particular las de más largo plazo.
«El Comité refuerza la necesidad de perseverar en una política monetaria contractiva hasta consolidar no solo el proceso de desinflación sino también el anclaje de las expectativas en torno a sus metas», recogen las actas.