“Blanca era amante del tango y el folclore. Sus favoritos: ´Malena´ y la zamba ´La dejé partir´. También le gustaba el teatro y en sus ratos libres escribía, era su forma de expresarse, decía. Con su voz dulce y calma solía recitar alguna que otra de sus poesías. Abrazamos toda su familia en este triste momento. ¡Hasta siempre, querida Blanca!”, escribió la organización presidida por Estela de Carlotto en un texto compartido en las redes sociales.
En diciembre de 2017, Blanca encontró a su nieta, Adriana Garnier Ortolani, quien nació en enero de 1977 durante el cautiverio de su madre, Violeta Ortolani, secuestrada el 14 de diciembre de 1976 en la ciudad de La Plata.
El hijo de Blanca, Edgardo Garnier, fue desaparecido tiempo después en la misma ciudad, el 8 de febrero de 1977.
“A poco del secuestro de su nuera y su hijo, su familia “como tantas otras” comenzó la recorrida en Buenos Aires y en La Plata por ministerios, iglesias, hospitales, destacamentos y sólo el silencio fue la respuesta. En aquel peregrinaje se encontraron con otras Madres y Abuelas”, recordó Abuelas sobre el recorrido de Blanca.
“Siempre estamos con el deseo, la necesidad y la esperanza de encontrarla”, decía Blanca en referencia a su nieta apropiada, según precisaron desde Abuelas.
“Tras 40 años de búsqueda, Adriana apareció y de inmediato quiso conocer a su abuela. La historia de ese viaje a Concepción del Uruguay, a la casa de Blanca, donde vivía Edgardo de chico, la contamos en un recordado spot, El abrazo postergado, que ambas protagonizaron”, recordaron desde la organización de derechos humanos.