Este martes 16 se cumplió el 40 aniversario del asesinato bajo torutra del doctor Vladimir Roslik, quien fuera el último asesinado de la dictadura uruguaya (1973-1984). Con motivo de este aniversario, la Cámara de Diputados llevó a cabo un homenaje en honor al médico oriundo de San Javier, Río Negro. Del evento participaron familiares de Roslik y desde las barras numerosos representantes de la política y la sociedad nacional contrastando con la poca concurrencia de diputados en la propia cámara.
La representante del Frente Amplio por Río Negro, Sylvia Ibarguren fue la encargada del homenaje. Su alocución comenzó recordando la difícil situación que vivió esa localidad de San Javier durante los tiempos del Terrorismo de Estado: “Toda la documentación, artículos e información que hemos consultado y recibido indican que desde su inicio la dictadura se ensañó con el pueblo de San Javier por su origen étnico, por su origen ruso y por sus fuertes lazos con su Rusia natal”, afirmó la representante nacional. Luego de esto Ibarguren repasó la vida de Roslik como “médico de pueblo” y al mismo tiempo objeto de represión sistemática por parte de las Fuerzas Armadas debido a su origen.
La diputada enfatizó que para el momento del asesinato del médico “Ya había tenido lugar el acto del obelisco y las Fuerzas Armadas estaban dialogando con los partidos políticos legales una posible apertura” y que el contexto era de fin de la dictadura e inicio de la democracia”. Ibarguren concluyó diciendo que se trató de un homenaje a Vladimir Roslik pero también “a todas las víctimas de una enorme persecución étnica durante muchos años en San Javier”.
Los hechos
Roslik, de 41 años al momento de su detención, estaba casado y tenía un hijo de pocos meses. Se desaca que su asesinato tuvo lugar en abril de 1984, durante el proceso de transición hacia la democracia, convirtiéndose en la última víctima de asesinato durante la dictadura. Roslik estudió medicina en Moscú y luego regresó a Uruguay para ejercer su profesión en su país natal y en su comunidad de origen.
El 29 de abril de 1980, durante un operativo llevado a cabo por las Fuerzas Armadas en San Javier, Roslik fue secuestrado y sometido a tortura junto con otras personas. Aunque fue liberado en julio de ese mismo año, continuó siendo vigilado y amenazado, según registros en Sitios de Memoria Uruguay. En la madrugada del 15 de abril de 1984, fue secuestrado de su hogar durante un operativo dirigido contra varios miembros de su comunidad. Fue llevado al Batallón de Infantería n° 9 de Fray Bentos, donde falleció al día siguiente a causa de las torturas sufridas. La autopsia fue firmada por el médico militar Eduardo Saiz, quien atribuyó la muerte a «causas naturales», lo que posteriormente resultó en su expulsión de la Federación Médica del Interior (FEMI) y del Sindicato Médico del Uruguay (SMU).
El impacto de este suceso llevó a la intervención de la Justicia Militar, que condenó al responsable del operativo, el mayor Sergio Caubarrere, por abuso de autoridad y homicidio culpable. Caubarrere cumplió cuatro meses y 18 días de prisión por este crimen. El caso fue archivado hasta 2014, cuando se solicitó su reapertura, pero fue rechazada bajo el argumento de «cosa juzgada». En 2019, con la creación de la Fiscalía especializada en crímenes de lesa humanidad, la familia impulsó nuevamente la solicitud de desarchivo, la cual fue denegada. En 2021, la Suprema Corte de Justicia (Scj) ordenó el archivo definitivo del caso. Más recientemente, el 17 de agosto de 2023, la SCJ desestimó un recurso de inconstitucionalidad presentado por los involucrados en el caso, lo que permitió la programación de una audiencia que tuvo lugar el 4 de octubre pasado. En esta audiencia, se formalizó la imputación de nueve sospechosos bajo investigación de la fiscalía especializada en Crímenes de Lesa Humanidad a cargo de Ricardo Perciballe.
El fiscal Perciballe solicitó medidas cautelares a la Justicia, como el uso de tobillera electrónica, la presentación semanal de los imputados en la seccional judicial y la prohibición de salir del país. De los 12 individuos relacionados con el homicidio de Roslik, uno ha fallecido, otro está en estado grave y otro más ha sido procesado bajo el antiguo Código de Proceso Penal. Los delitos imputados incluyen privación de libertad, abuso de autoridad contra los detenidos y lesiones graves.
Sería pintoresco escuchar los argumetnos ue pueden hacer los defensosres de lso genocidas. Fueaun crimen porque sí, sólo para demostrar la impunidad.
Siempre tuve la impresión de que el crimen de Roslik fue un tacho de estiércol que le tiraron al Gral. Medina desde algún sector de las FFAA para desprestigiarlo. Ya se presentía el fin de la dictadura; ya se entreveía la restauración de la democracia, y por otro lado, se sabía también que Medina sería el Comandante del Ejército que encabezaría la transición. Ni siquiera desde el punto de vista infame de la dictadura podía justificarse el crimen, así que yo lo veo como una mancha para enrostrarle a Medina si fuera necesario.