El Ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, dijo que «la relaciones entre Uruguay y Venezuela están en cero. No reconocemos ni a Maduro ni al presidente que afirmó haber triunfado según las actas que mostró en internet». De esta manera se refería a Edmundo González Urrutia, reconocido como presidente electo por el anterior gobierno de lacalle Pou. En una entrevista con diario El Mundo de España, indicó «tenemos si un problema: las relaciones entre Uruguay y Venezuela están a cero, las embajadas están casi cerradas. ¿Qué hacemos con los miles de uruguayos que están en Venezuela? ¿Quién los protege? Alguien me preguntó si esto significa el restablecimiento de relaciones diplomáticas y mi respuesta es no».
Admitió que no reconocer a ningún presidente de Venezuela «es una situación ambigua, pero no somos el único país que tiene esa posición».
González Urrutia visitó Montevideo en enero y recibió un enfático apoyo de Lacalle Pou y pronunció un discurso ante exiliados venezolanos. Pero en esa ocasión no fue recibido por Yamandú Orsi.
Mario Lubetkin también aclaró que no reconocer a nadie no significa que Venezuela no tenga a alguien al frente de su gobierno. «Hay una realidad que controla el país. No es la situación de Somalia, donde el descontrol es total. No, hay un control preciso del manejo del Estado, de la economía. Eso no significa el reconocimiento» acotó.
Cuando se le preguntó sobre si el regimen de Maduro era una dictadura, Lubetkin respondió que «Eso ya lo definió el presidente; él planteó efectivamente el concepto de dictadura y que no podemos reconocer una realidad democrática cuando el proceso electoral no estuvo a la altura de las garantías que nos puede dar un Estado democrático».
Críticas desde la oposición
Desde la oposición surgieron las críticas por esta nueva postura del Estado uruguayo.
El Partido Colorado ha expresado su «profundo rechazo» ante la reciente decisión del gobierno uruguayo de cesar el reconocimiento de Edmundo González Urrutia como el legítimo presidente de Venezuela. Según la colectividad política, esta medida representa «un grave retroceso en el compromiso del país con la defensa de la democracia y los derechos humanos en la región».
En su declaración recordó que la comunidad internacional ha reconocido a González Urrutia como el líder legítimo venezolano, respaldado por fuerzas democráticas. A su juicio, «desconocer su autoridad equivale a otorgar legitimidad a un régimen que ha vulnerado sistemáticamente las libertades fundamentales del pueblo venezolano».
Asimismo, criticó la postura adoptada por el gobierno del Frente Amplio, considerándola «contraria a los principios democráticos y a la tradición histórica de Uruguay de apoyar la lucha de los pueblos por su libertad y democracia». Según el Partido Colorado, este cambio en la política exterior envía un mensaje equivocado a la comunidad internacional y alinea al país con actores que han sostenido prácticas antidemocráticas en la región. En su comunicado, reafirmó su compromiso con la democracia, la justicia y los derechos humanos, y exhortó al gobierno a reconsiderar su postura. También subrayó la importancia de recuperar la coherencia y el liderazgo de Uruguay en la defensa de los valores republicanos. Finalmente, la colectividad ratificó su apoyo al pueblo venezolano en su lucha por recuperar la institucionalidad y el estado de derecho, enfatizando que la comunidad internacional debe continuar exigiendo el respeto a los derechos fundamentales en Venezuela.
Por su parte el Partido Nacional también expresó su rechazo a la decisión del gobierno. En su declaración, la colectividad reafirmó su «compromiso con la democracia y el respeto a la voluntad popular, cuestionando el rumbo adoptado por el gobierno uruguayo».
El comunicado destaca que «el reconocimiento a González Urrutia estaba en línea con la postura de la mayoría de las democracias del mundo y que desconocerlo implica un retroceso en la defensa de las libertades fundamentales». Según el Partido Nacional, «la democracia se basa en el respeto a la voluntad expresada en las urnas, un principio que consideran innegociable».
Además, la colectividad instó a la Cancillería y al gobierno nacional a revisar su postura frente a la situación venezolana y a reconocer el resultado electoral que respalda a González Urrutia. También subrayó la importancia de «mantener el prestigio internacional de Uruguay en la defensa de los valores democráticos».
Pero con quien va a negociar uruguay? Maduro no tiene defensa posible
Y el otro delincuente menos.
No fue ningún exilio forzado, se pelo por la cuenta y con todas las garantías del estado Venezolano después de hacer su «trabajito» en Venezuela.
¿Pero quién es este viejito demócrata Edmundo Gonzales Urrutia?
Cuenta con un pasado sanguinario en la guerra civil salvadoreña en la década de los 80. Este es realmente Edmundo González Urrutia, el candidato pro yanqui derrotado en Venezuela.
Edmundo González, fue captado por parte de la CIA para que construyera grupos paramilitares y escuadrones de la muerte, desde su posición de funcionario de la embajada venezolana en San Salvador, cuándo Leopoldo Castillo era el embajador de Venezuela en ese país; desde esa Embajada se desataron escuadrones de la muerte en contra de religiosos, niños y dirigentes sociales.
El candidato de la ultraderecha internacional y hombre de entera confianza de los EEUU participó con financiamiento y logística en la creación del BATALLÓN ATLACATL de las FUERZAS ARMADAS SALVADOREÑAS y de todos los grupos paramilitares sanguinarios, despiadados, en contra de la población salvadoreña.
Edmundo González Urrutia, participó en la masacre de civiles inocentes; montó una persecución contra maestros y líderes comunitarios hasta llegar al asesinato.
Los medios corporativos de la ultraderecha internacional, guiados desde el Imperialismo Norteamericano, buscan esconder los crímenes de lesa humanidad, tales como el asesinato de la comunidad del Mozote, durante un operativo de contrainsurgencia realizado por el batallón Atlactl los días 9, 10, 11 y 12 de diciembre de 1981, en los cantones (ALDEAS) del Mozote, La Joya, Los Toriles, La Ranchería, Caserío el Jocote Amarillo, en el norte del Departamento de Morazán, con un número de víctimas de más de 900 personas. Entre las víctimas había niños, ancianos, amas de casa y la mayoría campesinos de esas comunidades.
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El 24 de marzo de 1980 esos mismos francotiradores asesinaron a Monseñor Óscar Arnulfo Romero cuando oficiaba una misa en la pequeña capilla del hospital del cáncer DIVINA PROVINCIA en San Salvador.
Todos esos años de guerra civil salvadoreña fueron años de terror dirigidos desde la oficina de la embajada Venezolana en San Salvador de la mano de Edmundo González Urrutia.
El 16 de noviembre de 1989 el mundo se estremeció con la noticia, escuadrones de la muerte y grupos paramilitares entraron al CAMPUS DE LA UNIVERSIDAD (UCA) para asesinar seis sacerdotes de la compañía de Jesús y dos empleadas domésticas, todos ellos fueron obligados a colocarse boca abajo para asesinarlos brutalmente.
Ese es el candidato Edmundo González Urrutia, un criminal de la CIA el qué hoy la prensa internacional de la derecha podrida lo muestra cómo un ‘paladín de la democracia y defensor del pueblo Venezolano’, pero en el fondo no es más que un mercenario al servicio de los Estados Unidos.
Y entonces quién es el presidente de Venezuela ??
¿Entonces cómo es la cosa? Ambigua. No se reconoce al gobierno venezolano ni la institucionalidad venezolana, esto es el Consejo Nacional Electoral que llevó adelante el proceso electoral, ni el Tribunal Supremo de Justicia que avaló los datos del CNE. Pero a la vez, dicha institucionalidad existe. Nefasta política exterior ambigua y estúpida. No es capaz de mencionar que Venezuela está bloqueada por sanciones de USA desde 2017 y que aún así existe un sistema pluripartidista. Olvidan decir que es la oposición patrocinada por USA la que desconoce los resultados porque los otros partidos de oposición sí los han reconocido. Este año hay tres elecciones en Venezuela.