Hoy, en el Día Mundial de la Depresión, se asoma una luz de justicia ante uno de los tantos casos de salud mental que ha tenido un trágico final. La joven Milagros Chamorro, de 29 años, se quitó la vida en octubre de 2024 en la mutualista CASMU, un suceso que ha conmocionado a la sociedad uruguaya y ha puesto de relieve las fallas en la atención de salud mental en el país. Según la defensa de su familia, Milagros había solicitado asistencia de un especialista en salud mental en tres ocasiones distintas, pero su pedido no fue atendido adecuadamente.
La historia de Milagros es un relato desgarrador que comienza en su adolescencia, cuando a los 15 años fue víctima de una violación grupal en Maldonado. Durante una reunión en la casa de uno de sus agresores, fue inducida al consumo de alcohol, lo que la llevó a perder el control y ser abusada por cinco hombres, cuatro de ellos menores de edad. Este trauma marcó su vida y, aunque logró denunciarlo en 2022, las dificultades para reabrir la causa y la falta de apoyo emocional la llevaron a una profunda desesperación.
El suicidio de Milagros no solo es una tragedia personal, sino un reflejo de un sistema que falla en proteger a quienes más lo necesitan. Tras su muerte, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ordenó una investigación que reveló fallas significativas en el proceso de atención que recibió. El informe de la Comisión Nacional de Contralor de la Atención en Salud Mental, enviado a la Fiscalía, indica que estas deficiencias podrían constituir delitos.
Este día, marcado por la reflexión sobre la depresión y la salud mental, resalta la urgencia de atender estas problemáticas de manera efectiva. La situación de Milagros es un llamado urgente a la sociedad y a las instituciones de salud para que se tomen en serio las necesidades de atención psicológica, especialmente en casos de violencia de género. La falta de un sistema de apoyo adecuado puede tener consecuencias devastadoras, como se evidenció en su caso. La historia de Milagros no debe ser solo un recuerdo doloroso, sino un catalizador para el cambio.
Las recomendaciones del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) ante las olas de calor y las iniciativas educativas de la ANEP son ejemplos de cómo se pueden abordar problemas sociales, pero la salud mental requiere una atención constante y prioritaria. La sociedad debe exigir a las autoridades que implementen políticas efectivas para garantizar que cada persona que busque ayuda reciba la atención que merece.
En honor a Milagros y a todas las víctimas de violencia y abandono, es imperativo que se establezcan protocolos claros y efectivos en la atención de salud mental. Es necesario que los profesionales estén capacitados para responder a las necesidades de las personas en crisis, y que se garantice un acceso rápido y sin obstáculos a los servicios de salud mental.
La historia de Milagros Chamorro es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de escuchar y atender a quienes sufren. La justicia social y la atención a la salud mental deben ser una prioridad en nuestra sociedad, para que tragedias como la de Milagros no se repitan y para que cada voz sea escuchada y valorada. En este Día Mundial de la Depresión, que la búsqueda de justicia por Milagros inspire un cambio significativo en el abordaje de la salud mental en nuestro país.
Tendrían que estar todos presos hace tiempo, pero no sólo ellos, también sus cómplices, gerentes, contadores, asesores, (y alguna ex ministra también ), y todos cuantos han convertido al sueño de Fosalba en un boliche de cuarta regentado por la mafia blanca.