La conexión entre los derechos de los animales y la política es innegable y se vuelve cada vez más urgente, especialmente en una sociedad que muestra una creciente preocupación por la vida de los seres sintientes. A medida que nos acercamos a las elecciones, es fundamental que los partidos políticos reconozcan la importancia de incluir estas cuestiones en sus plataformas y programas.
A lo largo de las últimas semanas, representantes de organizaciones animalistas han buscado activamente diálogos con las diferentes fórmulas presidenciales, alcanzando a 11 partidos y llevando a cabo reuniones significativas con varios de ellos. Sin embargo, el análisis de los programas de gobierno revela que, aunque el tema del bienestar animal está cobrando relevancia, sigue siendo considerado un asunto marginal y no un tema prioritario en la agenda social.
Además, la feminización del cuidado de mascotas, donde un alto porcentaje del movimiento animalista está compuesto por mujeres, plantea desafíos únicos en términos de representación y voz en el ámbito político. A esto se suma la creciente preocupación por la flexibilización de la caza, impulsada por decretos recientes que han permitido prácticas controvertidas y nocivas para la fauna autóctona.
Esta entrevista a Rita Rodriguez, representante de las protectoras de animales en el directorio del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) y fundadora de la ONG Trato Ético Animal se examina las acciones realizadas por los activistas, las inquietudes que persisten en el ámbito político y la urgente necesidad de implementar políticas efectivas que protejan a los animales y promuevan su bienestar.
¿Cuáles son las reivindicaciones animalistas en el contexto político actual?
Dado que el partido verde animalista no competirá en octubre, es fundamental seguir sosteniendo nuestras reivindicaciones animalistas. Creemos firmemente que lo animal es político, y por ello es crucial que todos los partidos le otorguen la importancia que merece.
Hemos solicitado audiencias con todas las fórmulas presidenciales que participarán en octubre, alcanzando a 11 partidos. Hasta ahora, nos hemos reunido con Unidad Popular, Cabildo Abierto, Identidad Soberana y Avanzar Republicano.
Estamos analizando los programas de gobierno y las agenda animalista que queremos impulsar con ellos en caso de que lleguen al parlamento. Hasta el momento, hemos observado que no hay propuestas que posicionen el tema animal como un asunto social. Aunque es un tema en auge, sigue siendo considerado como de nicho.
Es importante destacar que hay votos animalistas que se encuentran sin partido, lo que requiere cautela en nuestra estrategia. Sin embargo, nos satisface que la mayoría de los partidos se alineen en la prohibición de la sangría de yeguas, una de nuestras principales banderas.
Por otro lado, nos preocupa la propuesta del Partido Colorado sobre las sangrías de yeguas, ya que no concuerda con lo que el candidato ha planteado. Por lo tanto, hemos solicitado una reunión con él para esclarecer si se trata de un error de redacción o si es un posicionamiento regulacionista.
¿Hay una relación entre el cuidado de las mascotas y la feminización del mismo?
El cuidado de las mascotas es una tarea altamente feminizada. En el ámbito de las ONGs y refugios, la mayoría de las referentes son mujeres. Como representante nacional de las protectoras de animales, puedo afirmar que aproximadamente el 85% del movimiento animalista está compuesto por mujeres, salvo algunas excepciones en ONGs más institucionalizadas.
Esta feminización del cuidado se refleja en las interacciones políticas y en la organización del partido animalista, que cuenta con dos tercios de mujeres. Sin embargo, el manejo de grandes manadas y las responsabilidades de cuidado complejizan nuestra participación en espacios como la convención. Este es un aspecto en el que debemos trabajar para mejorar nuestra representación y capacidad de acción.
Necesidad de frenar la caza en nuestro país
En nuestras reuniones con las fórmulas presidenciales, hemos discutido la urgente necesidad de frenar la caza en nuestro país. La sociedad ha sufrido un retroceso significativo debido a la flexibilización de la caza, promovida por el presidente de la República a través de un decreto que habilita la caza deportiva y fomenta el turismo cinegético en 2022. Este retroceso se ha agudizado con otro decreto de 2024 que permite la caza nocturna de jabalíes y ciervos axis. Ambos decretos han sido recusados por la ONG Trato Ético Animal, y estamos llevando a cabo acciones legales en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo.
Es crucial que también abordemos esta problemática a nivel parlamentario, enfocándonos en la prohibición de la caza deportiva. Matar a un ser vivo por deporte debe interpelarnos como sociedad. Además, es necesario prohibir la caza con perros, actividad que debería estar ya prohibida por la ley 18.471. Esta práctica somete a los perros a peleas a muerte con otros animales, causando lesiones y poniendo en peligro no solo a los jabalíes, sino también a otras especies silvestres autóctonas.
La caza con perros conlleva problemas adicionales, como el abandono de estos animales en el campo, lo que alimenta la formación de jaurías. Como sociedad civil, no estamos dispuestos a tolerar la existencia de jaurías en nuestro país, ya que esto representa una forma de tenencia irresponsable.
¿Cual es la situación de las castraciones obligatorias y el bienestar animal?
Respecto a las castraciones obligatorias impulsadas por decreto, aunque existe presupuesto para su ejecución, lo que realmente falta es dinamizar los procesos. La mayoría de las intendencias no han cumplido con las necesidades sociales. Afortunadamente, el INBA está comenzando a hacer convenios con ONGs, lo que ha demostrado ser efectivo; hemos realizado más de 8000 castraciones en solo 40 días.
Es evidente que ya no se trata de educar a la población para que quiera castrar, sino de facilitar el acceso a castraciones gratuitas. Es esencial “aceitar los engranajes” para que el INBA, que cuenta con recursos y personal, logre que las castraciones lleguen a todos los lugares. Los procedimientos burocráticos deben simplificarse para poner en práctica lo que está estipulado en el papel.
Sin embargo, uno de los mayores problemas del INBA radica en la gestión de denuncias, donde la eficiencia ha sido escasa. Para mejorar esta situación, es fundamental establecer acuerdos más efectivos con Zoonosis, que está representado en el directorio del INBA. Hasta ahora, no se han ejecutado las castraciones necesarias, y el MSP es vital en este proceso.
Además, sostenemos que lo animal es político porque está intrínsecamente vinculado a temas sociales. No podemos separar la atención a lo humano de lo animal, ya que ambos están conectados.
Los animales, al no votar, a menudo son relegados, al igual que otros grupos vulnerables, como personas con patologías de salud mental, adultos mayores y niños. Este problema estructural nos muestra que todos estos temas deben ser analizados de manera integral.
Los animales siguen siendo considerados “cosas” o accesorios, y esto contribuye a que se manifiesten problemas sociales, como la violencia y el abandono. Necesitamos dar la talla para identificar y erradicar estos problemas, abordándolos en su totalidad.
