En 1962 nace la Escuela Horizonte con el fin de mantener el derecho a la educación en niños y jóvenes de entre 0 y 18 años, con parálisis cerebral que son excluidos del sistema educativo. En 1991 y 1998 da un paso más tras firmar convenios con INAU para establecer programas de Atención Parcial y Tiempo Completo. En 2020 su enfoque cambia y pasa a denominarse Centro Horizonte. Hoy, se encuentran transitando el camino para abrir un local adaptado a sus necesidades. Diario La R conversó con su presidente Sr. Ramón Bonilla quien defiende la labor ejecutada tanto por el equipo de trabajo como el realizado por la sociedad de forma colaborativa.
Con un interés constante en lo social, nos contó que una vez que se retiró inició un trabajo honorario enfocado en esta materia, “donde siempre que podía dar una mano o lo que sea, la daba y poco a poco me fui integrando cada vez más y así ya suman 10 años en el centro Horizonte buscando ayudar a brindarles una mejor calidad de vida”.
El Centro atiende casi 100 niños y jóvenes, 40 dentro del programa Tiempo Completo, que presentan encefalopatía crónica no progresiva (ECNP) en niveles altos de dependencia y donde se realiza un trabajo interdisciplinario con enfoque en la autonomía y calidad de vida, “siendo en su mayoría provenientes de situaciones de pobreza, abandonos o disposición judicial”.
Dentro del proyecto de Tiempo Parcial, abarcan a otros 55 que reciben atención diaria de diversos profesionales con un enfoque centrado en mejorar la comunicación y potenciando su desarrollo físico, cognitivo, afectivo y social en un ambiente estructurado. Es el “único centro de este estilo en todo el Uruguay”, lo que implica que haya mucha participación de niños del interior del país, sobre todo en Tiempo Completo.
En lo personal, transmite que para definir a la organización se requiere concurrir a ella: “porque yo les puedo decir qué hacemos, a cuántos niños atendemos, hablarles del personal, pero se requiere visitarnos para observar y sentir la verdadera química que está en nuestro recurso humano”. En ese sentido destacó que esa entrega de los funcionarios hace que “los niños tengan una devolución de esfuerzo que es favorable para ellos”.
El desafío de un nuevo Centro más accesible e inclusivo
“El sueño que tenemos hoy es tener un nuevo centro que responda a las necesidades” expresó, porque si bien cuentan con un lugar su infraestructura no es la adecuada para el traslado de muchos niños, que “un 99% usa silla de ruedas adaptadas a sus necesidades”. Buscan, además de brindar mejor calidad de vida para quienes ya son parte, poder sumar a aquellos que se encuentran “desgraciadamente en lista de espera”.
En 2018 Anep cedió en comodato un terreno de 3.600 metros cuadrados y cuentan con el proyecto ejecutivo, pero resta contar con el dinero necesario para llamar a licitación y “despegar ese sueño tan lindo que tenemos”. En esa línea informó que cuentan con ahorros y con la actual sede, pero que los esfuerzos continúan. Cuentan con varias maneras de colaboración, donando a través de los diferentes medios que se pueden ver ingresando a su página web horizonte.com.uy, sumándose a la paella solidaria que busca alcanzar este año las 4 mil (mediante la compra de su ticket en RedTickets hasta el 31 de diciembre) o participando de las actividades que realizan cada año, como el Ice Challenge que este año batió récord Guinness. Como ONG optaron por la ayuda económica que brinda el Estado, que a través de INAU les otorga el 80% de todo lo que implica el funcionamiento del Centro horizonte más una partida especial por parte del BPS, “eso nos da para pagar los salarios de los 84 funcionarios, la alimentación y el mantenimiento del edificio”, para suplantar el déficit mensual que queda, es que se realizan eventos y fomentan la donación. Esto también permite el ahorro mes a mes para destinarlo al nuevo edificio.
Consultado por la respuesta social, destacó que gracias a la difusión que han logrado, reciben “buena respuesta de todos, donde cada vez más las personas a través de su gran corazón van aportando granitos de arena, que son importante para nosotros porque nos ayuda a seguir funcionando”. Bonilla reflexiona que “cada uno dona lo que está a su alcance, así como hay personas que donan mucho hay otras que no, pero eso solo te muestra el alcance que tenemos que a las distintas personas de la sociedad uruguaya” aclarando, a su vez que “para nosotros es igual de regocijante recibir una donación grande como 100 pesos”. Dentro de este proceso de donación, informó que hay un trabajo de seguimiento, para mostrarle a las personas “cómo se gastó ese dinero”. Bonilla visualiza el año y hace un balance “muy positivo con mérito de toda la gente que trabaja en el Centro Horizonte”. Agradeció la ayuda que brinda la sociedad y los medios de comunicación, “que nos alienta a seguir día a día porque nos damos cuenta de que no estamos solo en el amparo de estos niños que bien se lo merecen y no tienen otra posibilidad de vivir felices”.