El falafel es una mezcla triturada de garbanzos hidratados en agua con cebolla, ajo y diferentes hierbas y especias. Esta masa se bolea, se fríe en abundante aceite y se sirve, generalmente, con pan de pita y salsa de yogur. Es una receta perfecta para veganos, vegetarianos y celíacos (ojo con la levadura química), importada de Oriente Medio, muy nutritiva, saludable y sabrosa.
En su elaboración es necesario usar garbanzos secos hidratados, no vale utilizar garbanzos cocidos. Es importante acordarse de ponerlos en remojo 24 horas antes y escurrirlos y secarlos bien en el momento de preparar la receta. Esta es la única ciencia que tiene hacer falafel casero.
Ingredientes para 25 unidades
Garbanzos (hidratar 24 horas)
300 g
Cebolla (pelada)
120 g
Diente de ajo (pelado) 1
Cilantro fresco manojo1
Perejil fresco manojo1
Sal al gusto
Pimienta negra molida pizca
Harina de garbanzo 100 g
Levadura química 5 g
Comino molido10 g
Aceite de girasol para freír
Cómo hacer falafel casero
Ponemos los garbanzos en remojo 24 horas antes de realizar la receta. Transcurrido este tiempo los escurrimos y secamos bien para que no queden restos de agua. Introducimos los garbanzos hidratados en el vaso de un robot de cocina o una batidora potente junto con el diente de ajo, la cebolla, las hojas de cilantro y de perejil y el comino molido. Trituramos.
A continuación añadimos la harina de garbanzos, reservando un par de cucharadas para cubrir la base de una fuente, la levadura química y salpimentamos al gusto. Trituramos de nuevo hasta obtener una mezcla homogénea. Dejamos reposar la masa, en la nevera, durante 30 minutos.
Formamos pequeñas bolitas del tamaño de una nuez y las colocamos en la fuente con la harina de garbanzos al tiempo que rebozamos ligeramente. Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos, a fuego medio-alto, volteando para que se doren por igual por ambos lados. Retiramos a un plato con papel absorbente y dejamos escurrir un par de minutos antes de servir.