La situación había sido inicialmente denunciada en la semana del 18 de mayo de 2023. El acusado comercializaba el agua salada en el barrio La Chancha, zona de Punta de Rieles, y lograba captar clientes con precios bajos, aunque las consecuencias no tardaron en aparecer.
Varios vecinos, al experimentar malestares y cuadros de gastroenterocolitis tras consumir el agua, decidieron presentar denuncias ante las autoridades. Según declaraciones de los denunciantes, el condenado distribuía bidones de diversas marcas, lo cual llamó la atención de una de las empresas involucradas, que presentó una denuncia penal al descubrir la falsificación de sus productos.
La Intendencia de Montevideo (IMM) realizó un análisis del contenido de los bidones y determinó que el agua distribuida no contaba con las habilitaciones sanitarias exigidas ni con los rótulos de origen e información obligatoria. Además, el análisis reveló que el líquido estaba salado, y carecía de las propiedades mínimas esperadas de agua mineral.
En respuesta a las denuncias, la Fiscalía citó al imputado y lo presentó ante el juez penal de 36° turno, quien lo condenó a siete meses de libertad a prueba, con varias obligaciones a cumplir.