La menopausia puede traer una serie de cambios inesperados, incluyendo la pérdida de cabello, un síntoma que puede ser estresante para muchas mujeres. Esta condición generalmente resulta de un cambio gradual en las hormonas como el estrógeno, la testosterona y la progesterona.
Una disminución en los niveles de estrógeno, que juega un papel crucial en la promoción del crecimiento y grosor del cabello, conduce a que los folículos pilosos se adelgacen con el tiempo. Pero también menciona la influencia de la genética en la pérdida de pelo menopáusica, destacando que la alopecia androgénica o pérdida de cabello de patrón femenino puede ser más común en algunas mujeres debido a factores genéticos.
Uno de los primeros signos de la pérdida de cabello en la menopausia es la exposición mayor del cuero cabelludo y una separación más ancha en el cabello. Los especialistas mencionan que “las mujeres tienden a preservar la línea frontal del cabello, pero ven cómo su parte se va ensanchando”. Así que es habitual que la parte trasera del cuero cabelludo mantenga un cabello más grueso en comparación con la parte superior de la cabeza.
Para abordar la pérdida de cabello durante la menopausia, primero recomiendan corregir cualquier deficiencia nutricional o vitamínica. Entre las recomendaciones está el consumo de un multivitamínico diario y un suplemento de hierro si no se come carne roja dos o tres veces por semana.
La suplementación con vitaminas específicas también puede ser beneficiosa para el pelo. Se aconseja tomar suplementos de zinc, ferritina y vitamina H, además de otros nutrientes vitales como la vitamina D y el hierro, que pueden ayudar a mantener el cabello en su mejor estado.
En cuanto a tratamientos específicos, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede ayudar a estabilizar los niveles de estrógeno y frenar la pérdida de cabello. La terapia con luz láser de bajo nivel es otra opción no invasiva que utiliza luz roja para fomentar el crecimiento del cabello.
Si bien el trasplante de cabello se considera un último recurso, puede ser una opción para aquellas que no encuentran alivio con otros tratamientos más conservadores. Además, masajear el cuero cabelludo puede mejorar la circulación sanguínea hacia los folículos pilosos, promoviendo así el crecimiento del cabello y reduciendo la caída. Debemos recordar que antes de llevar adelante cualquier procedimiento debes consultar a tu médico para que personalice cada proceso.