La crisis hídrica producto de la sequía que atraviesa el país desde el verano y el aumento de la cantidad de sodio y cloruros por litro de agua que el 5 de mayo dispuso la Administración Nacional de las Obras Sanitarias del Estado (OSE) para brindarle este recurso a la población del área metropolitana hizo que la calidad de la misma empeorara con el transcurso de los días, al punto que llegó a no ser potable, pero sí bebible y consumible, según apuntó el ministro de Ambiente, Robert Bouvier.
El agua es un elemento vital para la vida de las personas, ya que además de utilizarse para la hidratación se emplea para la higiene, la preparación de bebidas calientes como té, café y mate, y la cocción de alimentos. Al registrarse un aumento en la cantidad de miligramos de sal por litro, varios sectores de la población tuvieron que dejar de ingerirla y comenzar a consumir agua embotellada.
La ministra de Salud Pública, Karina Rando, recomendó a las personas que padezcan hipertensión arterial que consuman un máximo de un litro del agua proporcionada por OSE al día, mientras que las mujeres embarazadas y quienes sufran una enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca o cirrosis no deben ingerirla.
Estos anuncios fueron comunicados en una conferencia de prensa que se realizó el 9 de mayo en la sede de la cartera y contaron con el respaldo de las Cátedras de Nefrología, Cardiología y Medicina Interna de la Universidad de la República (Udelar), la Academia Nacional de Medicina (ANM) y la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular (CHSCV).
Lo cierto es que frente a este panorama, los negocios vinculados al rubro gastronómico podrían haberse visto afectados, pero al parecer el impacto de esta medida no fue tan grave como se podía prever.
En diálogo con BMZ Consultores, el presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), Daniel Fernández, dijo que en la actualidad se volvió a utilizar el agua de OSE producto de que en los últimos días se ha recuperado su calidad habitual. “Tuvimos un pico de mucha salinidad que nos complicó bastante y hubo que adaptar principalmente las máquinas de café, hubo que cambiarle la salida del agua hacia la bomba, para usar agua envasada. Lo mismo sucedió en las cocinas; esa salinidad que era tan notoria tuvimos que suplirla con agua envasada”, expresó.
Sin embargo, el secretario de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay (AHRU), Alberto Latarowski, comentó a BMZ Consultores que la afectación fue poca, dado que el tema de la salinidad fue regulándose en las preparaciones. “O sea, se le ponía menos sal porque el nivel no era tan alto como para que se pasara. Lo que sí nos afectó un poco es en los costos porque la mayoría hemos dado agua mineral en vez de usar los expendedores de agua corriente filtrada. Lo mismo para la parte de cafetería, tragos, limonadas, etc.”, indicó.
Consultados sobre si se tiene un registro aproximado de cuánto dinero tuvieron que invertir los negocios en la compra de agua embotellada, tanto Cambadu como AHRU afirmaron no contar con este dato. Fernández señaló que “esos números son imposibles tenerlos”, mientras que Latarowski, en la misma sintonía, complementó que “depende del tamaño de cada emprendimiento”. “Ha sido un gasto adicional, pero tampoco ha sido una cosa excesiva que nos haya dado vuelta el presupuesto. O sea, todo costo adicional no es bien recibido, pero fue un caso de fuerza mayor”, agregó.
Respecto a una posible reincidencia en el aumento de los niveles de sodio y cloruros producto de las escasas lluvias y el agotamiento de las reservas, el presidente de Cambadu cree que en Uruguay “no hay nadie preparado” para aguantar una situación de estas características. “Habrá que, sobre la marcha, solucionar los temas”, aclaró.
A su vez, el secretario de AHRU planteó que esto depende de cómo se plantee y del nivel de gravedad. “Si es algo similar a lo que pasó creo que se va a poder sobrellevar. Depende de la gravedad de la situación, del nivel de escasez que haya, del nivel de la sal que haya, etc. Hacer futurología es difícil”, resumió. “Esperemos que esta situación se estabilice lo antes posible para trabajar con más normalidad”, acotó Latarowski.
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El presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), Daniel Fernández, indicó que en la actualidad se está ante “una meseta” en cuanto a la venta de agua embotellada. “Hemos doblado el consumo a lo que veníamos históricamente. Productos no faltan, más allá de que hay marcas que son nuevas para Montevideo que han suplido la falta de las marcas principales producto de que no daban abasto”, informó. Fernández catalogó como muy buena la llegada de nuevas etiquetas, dado que no ha habido quejas por mal sabor o gusto desagradable.
Ah, mirá. A lo mejor no recargaron el precio del agua a lo que venden… y; alquien puede explicar como es eso de potable pero no bebible?