“Territorios con fugas” (2023), es una video instalación de la artista e investigadora Ofri Cnaani, que nos permite acceder a la parte de una memoria del Brasil. Aquella que en 2018 fue consumida por las llamas en el incendio del Museo Nacional ubicado en la Quinta da Boa Vista de Río de Janeiro.
En un tríptico de pantallas de grandes dimensiones, colocadas en la sala principal del Centro de Exposiciones Subte de la Ciudad de Montevideo, la poética de la construcción audiovisual y digital, permiten ver una parte de la historia que ya no existe, a no ser por imágenes digitales.
Objetos del museo, tomados en ocasiones por partes, y no por su totalidad, aparecen y se esconden en las pantallas, mientras voces guturales y pasionales, se regocijan en la reconstrucción que da nacimiento a todo lo que dentro del Museo se perdió. Del fuego de las artes contemporáneas nacen las imágenes digitales que permiten acceder a la memoria.
La cultura visual es un meteorito cayendo sobre la tierra. La colisión entre las millones de imágenes producidas por el capitalismo, la publicidad, las resistencias, internet, las artes visuales, generan una huella entre las personas que habitan cada territorio. Esa traza que a veces cruza un cielo de algoritmos y bytes también hace a la memoria de las comunidades Latinoamericanas.
Su lado más pedagógico, histórico, y crítico, cuando es construido con una mirada sensible que piensa en el futuro, es parte del patrimonio cultural. Esas memorias, durante décadas, fueron cuidadas por los Museos. Instituciones criticadas con pasión, hasta imaginarlas como escuelas. Tal cómo las pensó el artista uruguayo-norteamericano Luis Camnitzer: “El museo es una escuela”.
Pero ¿Qué sucede cuando esos museos-escuelas arden? El Museo Nacional de Brasil venía siendo descuidado por los fondos presupuestales estatales desde el 2014. El fuego se llevó las investigaciones de más de 90 investigadores realizadas a lo largo de la historia, y volvió cenizas una colección de más de 20 millones de objetos relacionados a la Antropología y la Historia Natural de Brasil y la Humanidad.
La video instalación de Ofri Cnaani, que contó con la colaboración de Luciana Achugar, permite sumergirse en un líquido vital. Un líquido imaginario en el que se puede nadar para reconstruir la memoria de los territorios que habitamos. Un agua que regenera los lazos con el ecosistema cultural que se perdió en el incendio. En ellas descansan la posibilidad de seguir construyendo el futuro, teniendo en cuenta el pasado.