Los acuerdos fueron una iniciativa que abarcó áreas claves para el desarrollo del país y que por lo tanto necesitan una mirada política de luces largas, que permita la continuidad de algunas acciones y líneas de trabajo, más allá de la alternancia democrática en el gobierno.
En educación los acuerdos multipartidarios tienen líneas para las cuales aún se deben tomar acciones ya que persisten los desafíos y suponemos que la sociedad sigue haciendo acuerdo con ellos.
Ejemplo de ello es continuar aumentando la cantidad de niños y niñas que se vinculan a la educación en primera infancia, aumentar la cantidad de propuestas de tiempo completo y tiempo extendido, mejorar los aprendizajes, aumentar la cantidad de estudiantes que terminan el bachillerato, entre otros. En muchos de estos temas, en el tercer año de gobierno, no se observan avances y esto es preocupante por las consecuencias que implican para la vida de miles de gurises.
Se acordaron más de 100 acciones para la educación en sus diferentes niveles y modalidades.
El gobierno se ha propuesto continuar con algunas de estas acciones pero sin darle un financiamiento que posibilite su concreción y esto es un asunto a prestar atención, sumado a dos años de pandemia y el deterioro de las condiciones de vida sin lugar a dudas, perjudican a nuestras infancias.
Grandes conversaciones preceden a los cambios
En los temas de educación va quedando claro, al promediar el gobierno, que no existen aquellos atajos que se proponían como parte de una estrategia electoral. Se requieren buenas ideas, mucho diálogo y tener la perspectiva del mediano plazo. Las señales en este sentido son bastante escasas. Para dialogar lo primero es reconocer al otro, no perseguirlo o denigrar constantemente como lamentablemente se hace con los docentes.
Dialogar implica intercambio, escuchar pero además tener la predisposición a cambiar algunas cosas en base a lo que el otro señala.
Requiere de tiempos y formas que propicien el intercambio y la construcción de acuerdos y síntesis posibles.
El gobierno ha optado por conversar y dialogar poco, ejemplo de ello es lo que está aconteciendo con la reforma curricular y una consulta express a los docentes. Más allá de las consideraciones sobre el contenido del documento, no parece ser la mejor forma de emprender cambios curriculares hacerlo solamente incorporando la perspectiva del gobierno de turno y sin considerar elaboraciones previas que son convergentes con la mejora de los aprendizajes y con la tarea de la educación de cara al Siglo XXI.
Traer al hoy aquellos acuerdos de hace 12 años tiene que ver con reconocernos en ese diálogo y con retomarlo de forma que las acciones tengan posibilidades de continuar en el mediano plazo. También tiene que ver con mejorarlos incorporando otras voces que en aquel momento no se escucharon.
Esto no significa que se cogobierne, el gobierno lo ejerce quienes fueron elegidos para eso y es mano en este tema. Construir las condiciones, los tiempos y las formas también es parte de las tareas si se pretenden resultados sustentables.
Los desafíos del hoy.
Para todo diálogo que resulte fructífero se requiere explicitar los puntos de vista y particularmente en educación, ya que siempre que hablamos de educación estamos colocando una fuerte carga de qué futuro queremos, que sociedad nos gustaría ser en unos años.
Es en este sentido que entendemos relevante traer aquella propuesta que se trabajó en el Grupo de Reflexión en Educación respecto a la necesidad de que el país cuente con un Plan Nacional de Educación. Un plan que recoja la pluralidad de voces que hay en nuestra sociedad, que sirva de hoja de ruta hacia el futuro y que cuente con la participación de la diversidad de actores que tienen que ver con el tema.
A modo de breve resumen de un conjunto de acuerdos posibles que ya existen en la sociedad y sus diversos actores y sin pretender ser exhaustivos son los siguientes.
Una de las claves que deberían ser parte de la conversación tiene que ver con la necesidad de democratizar nuestra sociedad y la construcción de igualdad.
En un país que nacen pocos niños y que muchos de los nacidos lo hacen en situación de pobreza se requieren fuertes medidas que los protejan, este desafío es crucial.
La extensión del tiempo pedagógico a través de las propuestas de tiempo completo o tiempo extendido que propicien una propuesta pedagógica integral, que estimule el desarrollo de todas las capacidades de nuestros estudiantes incorporando los saberes para una ciudadanía plena y feliz.
Universalizar el acceso de nuestros jóvenes a la educación terciaria, lo que implica no sólo que existan propuestas suficientes sino que todos terminen la educación media.
Reconocer los saberes de jóvenes y adultos de forma de permitir la continuidad educativa.
Garantizar los recursos necesarios para el desarrollo de estas propuestas y para el reconocimiento salarial de los docentes, actores claves en la tarea.
La sociedad uruguaya tiene un conjunto de acuerdos que están más o menos explicitados, el gobierno y el sistema político tienen tarea.