Dinabise: el desafío de implementar instrumentos para fomentar la protección de nuestra biodiversidad

“Tenemos que poder soñar con un país donde podamos compartir la vida en todas sus dimensiones” señala el director de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente, Gerardo Evia.

Uruguay cuenta actualmente con 20 áreas protegidas como forma de conservación y protección de nuestra diversidad biológica. Siendo parte identitaria de nuestro país, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, se han convertido en uno de los principales componentes dentro del Ministerio de Ambiente (MA) y en este marco Diario La R conversó con el titular de la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Dinabise), Gerardo Evia, sobre los diferentes trabajos que se realizaron en los primeros años de creación de la cartera.

La dirección, “aborda distintas dimensiones como escalas tiene la propia diversidad biológica, ya sea ecosistemas, especies, poblaciones y recursos genéticos”. Dentro de esa extensión abordan temas específicos que “forman parte de las políticas existentes o de las que hemos tratado de impulsar para abordar ese cometido” explicó.

Recordando los primeros años de administración, Evia estudia que los principales desafío fueron “acomodar una estructura nueva, que si bien venía nutrida de otra, se plantaba en un Ministerio nuevo” sumado a que había que desarrollar una gestión en un año menos que el resto de la administración, “porque la dinámica empezó a funcionar en los hechos en diciembre de 2021”. Sin embargo reflexiona que “pudimos darle estructura a la nueva dirección”. En cuanto a la Dirección, informó que tuvieron como desafío enfrentar los componentes que tiene que ver con fauna silvestre, que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca había traspasado al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, que “por cuestiones presupuestales estaba muy debilitado y tratamos de dotarlo de recursos y reacomodar”.

Otro desafío que destaca es la lucha presupuestal, que si bien “no todo es nuevo” tras la creación de una dimensión nueva “el presupuesto no creció”, más allá de algunos recursos adicionales otorgados y la Dinabise “no escapó a esa realidad”. Evia entiende que este factor “tiene que ver con el cometido” y “muchas veces con la demanda de la sociedad de hacer crecer una de las herramientas que dispone para aumentar la conservación de la biodiversidad, que es el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)”. En ese sentido explicó que “si no crece el presupuesto no se puede extender esta herramienta, porque no alcanzan los recursos para gestionarla”.

Instrumentos de protección por ecosistemas

El 25 de octubre se aprobaron por resolución del Ministerio de Ambiente las Metas Nacionales de Biodiversidad 2024-2030, que son “producto de lo trabajado y defendido” e “insumos” para la Dinabise. Ahora, el próximo proceso es la “planificación del desarrollo de la estrategia”. En esa línea Evia destacó que si bien son importantes todas, las que hacen titulares son aquellas que “tienen números objetivos que derivan de la convención global, como alcanzar un 30% de la superficie del planeta bajo medidas de protección basadas en áreas geográficas definidas”. Considerando el contexto uruguayo y como parte de lo que desde la Dirección vienen fomentando, la línea de trabajo de protección será por “ecosistemas”.

“El 95% de nuestro territorio es propiedad privada y el hecho de imponer medidas restrictivas a ese esquema genera muchas dificultades” explicó Evia, recordando a su vez, que “en algunos casos estamos tramitando juicios por la supuesta imposición de restricciones al derecho privado”. Sin embargo, Uruguay cuenta con tan solo el 1,05% de su territorio protegido por el SNAP, entonces “hay que buscar una alternativa para la protección de la biodiversidad”, por ejemplo “el caso de la Estrategia Nacional de Bosque Nativo” que considera una política “exitosa” y que “es un abordaje por ecosistema, allí donde esté, cumpliendo determinadas características y evita la discusión sobre la igualdad entre la ley”. Otra cuestión en la que trabajan actualmente es en la reglamentación del artículo 159 del Código de Aguas: “Prohíbese la desecación, drenaje u otras obras análogas en aquellos terrenos pantanosos o encharcadizos, bañados o lagunas, que sean declarados por el Poder Ejecutivo como humedales de importancia ambiental, en consideración a su extensión, ubicación o relevancia ecosistémica”. En ese marco el director informó que mediante un trabajo técnico realizado para definir los ecosistemas de importancia, se elaboró una propuesta para sumar junto al bosque nativo, los humedales y el campo natural.

Este último año se presentó un proyecto de ley que busca proteger el campo natural, por ser uno de nuestros ecosistemas más amenazados y que tiene vinculación con el sector agropecuario. A su vez, obtuvieron la aprobación de un proyecto GEF (Global Environment Facility) para abordar el tema de degradación y manejo sostenible de tierras en las zonas de pastoreo compuestos por praderas y pastizales, que son el “ecosistema emblemático”.

Un instrumento para “cubrir otro ángulo” fue avanzar en la reglamentación de la figura de Reservas Privadas que se suman al SNAP, reconociendo a aquellos particulares que gestionan o se comprometen a gestionar sus predios con ambientes naturales y valores destacados de biodiversidad y culturales. Actualmente se encuentran trabajando con algunos “privados para avanzar por esa línea, en Sierra de Aceguá y Sierra de los Caracoles”, analizando que al no tener el Estado cómo solventar los costos, “buscamos lograr que los privados aporten financieramente a la conservación de un ecosistema”. En ese marco, recordó que una de las líneas que tienen que ver con el estímulo a la producción sostenible, fue el “desarrollo de un protocolo de buenas prácticas y distinción para vincular la producción del arroz en el sitio Ramsar Bañados del Este con la conservación de biodiversidad”.

Evia concluyó que algunas de las metas planteadas “tienen que ver con introducir a nivel de la trayectoria de la gestión pública y privada la producción sostenible, porque en definitiva independientemente que designe áreas protegidas, los sectores por fuera, que es donde ocurre la vida, también tienen que ser gestionados de manera sostenible”.

Especies endémicas y un portal de datos

Consultado por el control y protección de nuestras especies endémicas, explicó que si bien tienen “bien mapeadas las áreas” cuando se trata a “nivel específico tenemos más dificultades porque contamos con un gran abanico de especies y no hay una sistematización tan buena”. Sin embargo anunció que lanzaron un nodo de Uruguay en la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF) denominado SIBUy. El portal es de acceso libre a datos sobre colecciones biológicas, listas de especies, y registros de ocurrencia de especies en el país. “Nos va a permitir sistematizar toda la información publicada que hay sobre especies y poder compartir ese conocimiento, permitiendo una mejor gestión de trabajo” destacó. En ese sentido expresó que “a nivel global hay una lista de especies amenazadas, que tienen distinto grado de clasificación: en peligro, vulnerable, menos vulnerables, etc. Pero a su vez, informó que hay otro listado a nivel nacional de especies prioritarias, que tiene que ver con ese global pero tiene nuestra especificidad”.

En cuanto a las especies en peligro de extinción, informó que el trabajo de protección se apoya en organizaciones de la sociedad civil “que trabajan vinculado a estos temas”, con el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y con el Ministerio de Interior. Evia incentiva a que la población denuncie el tráfico, la venta o la caza de estos animales o incluso informar en el nuevo portal la ubicación donde se encuentra alguna especie para ayudar a su monitoreo o conocer el estatus de las poblaciones.

Adentrandose a la situación de la caza, comunicó sobre un estudio realizado, con datos objetivos para definir cuál era la situación de ciertas poblaciones que están sometidas a la caza y si bien lamenta “que hubieron recomendaciones que no se cristalizaron en el Poder Ejecutivo”, celebra que “logramos poner en la Rendición de Cuentas un artículo de ley que establece la obligación al Poder Ejecutivo de que para aprobar la caza de determinadas especies tiene que estar basado en estudios poblacionales”.

Áreas protegidas y convivencia

Actualmente el trabajo de comunicación se ha centrado en torno a “un nuevo problema que se da en la sociedad y que creo que cada vez se va a dar más, que es aprender a convivir con la fauna en nuestros entornos inmediatos”. Ante esto expresa que “hay mucho por hacer para educar, pero creo que hay más conciencia y que las nuevas generaciones están más proclives al cuidado, la protección y la convivencia”. Uruguay cuenta actualmente con 20 áreas protegidas y se espera que en poco tiempo se sumen más, un accionar que considera “transmite el mensaje de pelear por la vida que nos rodea”. “Uno no se imagina, por lo menos quienes nos criamos en un mundo donde compartíamos con la vida silvestre, que esto desaparezca”. Incluso hacen una apuesta para incorporar los conceptos del capital natural en las políticas públicas, por ejemplo “para que el Ministerio de Economía cuando vaya a tomar una decisión incorpore el concepto”.

El director de Dinabise destacó el avance en la designación de áreas protegidas, sobre todo en la “aprobación de la primera área enteramente oceánica en formar parte del sistema: Isla e Islote de Lobos”. A su vez, informó que “dejamos una propuesta técnica para avanzar en la instauración de una nueva área protegida marina, que nos permitiría llegar al 10%”.

Sin olvidar las zonas marinas, señaló que en esta gestión “avanzamos en la planificación espacial marina y en trazar una hoja de ruta para la protección del espacio marino uruguayo”. En 2023 se adoptó un acuerdo relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional y se encuentra a la espera de su ratificación. Finalizando realizó un balance administrativo y expresó que si bien “uno tiene frustraciones en este sector” tomando el tiempo y en lo que se logró avanzar “uno puede estar satisfecho” y transmite que “tenemos que poder soñar con un país donde podamos compartir la vida en todas sus dimensiones”.

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