Dislexia: una enfermedad invisible que afecta al 10% de la población mundial

Todos los 8 de octubre, la OMS celebra el Día Mundial de la Dislexia para concientizar a las personas sobre este trastorno

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que consiste en la dificultad en la lectura debido a inconvenientes para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras, además tiene un carácter específico y persistente.​​

Se da en personas que no presentan ninguna discapacidad motriz, visual ni de cualquier otro tipo.​​ Asimismo, las personas con dislexia tienen un desarrollo cognitivo normal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que el 10% de la población del planeta padece de este problema de lectoescritura, lo que equivale a aproximadamente 700 millones de individuos.

Si bien la dislexia se puede diagnosticar en cualquier etapa de la vida, desde la primera infancia ya se presentan señales que pueden servir de indicador para consultar con un profesional. La dislexia infantil comienza a ser detectable en la etapa de preescolar y persiste durante la infancia, adolescencia e incluso es posible que se mantengan los síntomas de la dislexia a lo largo de la edad adulta.

Aunque existen perfiles muy variados, suele reconocerse porque los niños con dislexia por lo general empiezan a hablar bastante tarde, su nivel de comprensión oral y su vocabulario es inferior a la media de los niños de su edad, muchas veces confunden palabras fonéticamente similares y en su escritura intercambian letras gráficamente parecidas (como podrían ser la b y la d, o la p y la q). Además de estos conocidos síntomas de dislexia, también presentan aparente falta de atención y concentración.

La falta de concentración se debe a que el niño con dislexia necesita desempeñar un esfuerzo inmenso en la lectura y en la escritura. Esto provoca que se cansen y empiecen a distraerse y a resistirse a este tipo de tareas.

El propósito de la fecha es concientizar acerca del trastorno e informar acerca de la importancia de detectar el problema a tiempo para el respectivo tratamiento. La página web de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), informa que para corregir la dislexia se debe aplicar un programa de intervención personalizado, el niño tendrá muchas más probabilidades de desarrollar estrategias de pensamiento alternativo que le permitan adaptarse al sistema de aprendizaje y al nivel escolar del resto de niños.

A edades más tempranas, el cerebro tiene mayor plasticidad neuronal, es más permeable al aprendizaje y más proclive al desarrollo de nuevas células cerebrales, por lo que, cuanto antes utilicemos herramientas para fortalecer las redes de conexiones neuronales asociadas al procesamiento del lenguaje, más opciones de compensar las funciones deterioradas por la dislexia u otro trastorno semejante.

Además, una intervención precoz de la dislexia, ayudará a evitar la aparición de un cuadro de trastornos emocionales.

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