Los militares abandonaron el pasado día jueves 27 las conversaciones tras denunciar que las RSF estaban desplegadas en hogares civiles y espacios públicos que negaban a evacuar, en una violación de la llamada Declaración para la Protección de los Civiles firmada el 11 de mayo, firmada por ambos bandos menos de un mes después del estallido, el 15 de abril, de un conflicto que está arrasando el país.
«El Ministerio de Exteriores de Sudán afirma la disposición de la delegación para regresar a la plataforma de Yedá tan pronto como los mediadores saudíes y estadounidenses puedan superar los obstáculos que impidieron la continuación de las conversaciones», según un comunicado de la cartera, ahora dependiente por completo del Ejército sudanés, recogido a última hora del pasado sábado por el ‘Sudan Tribune’.
Los paramilitares sudaneses acusan por contra al Ejército sudanés de poner en peligro a la población civil con bombardeos indiscriminados y consideran que cualquier retirada posicional, en especial en la capital, Jartum, implicaría perder el control de los sitios estratégicos que antes de la guerra tenían a cargo de custodiar, como la refinería de petróleo, la sede de la radio y la televisión nacional y el edificio del palacio presidencial.