Como comandante general del Ejército, Morales Bermúdez encabezó en agosto de 1975 el denominado ‘Tacnazo’, un contragolpe de Estado contra el presidente militar del país, Juan Velasco Alvarado, quien siete años antes había derrocado en otra asonada al mandatario Fernando Belaúnde. Durante su mandato, en lo que se conoce como la segunda fase del Gobierno Revolucionario Militar de Perú, Morales Bermúdez autorizó el retorno de los exiliados e indultó líderes del partido Acción Popular, hasta entonces perseguidos.
Un tribunal de Roma confirmó en febrero la cadena perpetua del dictador por su papel en las desapariciones que se produjeron en el país andino entre 1970 y 1980, como parte de la llamada ‘Operación Cóndor’ promovida por Estados Unidos en varios países latinoamericanos.
El Tribunal de Casación de Roma rechazó un recurso de apelación presentado por la defensa del centenario acusado confirmando así las dos sentencias de 2017 y 2019 que le impusieron prisión permanente.
Morales Bermúdez fue juzgado en Italia porque entre algunos de esos de centenares de desaparecidos y torturados había ciudadanos italianos, como Lorenzo Viñas Gigli y Horacio Campiglia, también con pasaportes italianos, guerrilleros del Ejército Montonero. El fallecimiento del mandatario ha sido confirmado por su hijo, Remigio Morales Bermúdez, quien ha precisado que su muerte fue confirmada a las 23.
20 horas del jueves (madrugada en España) «por un tema más relacionado con su edad».
«Se le presentó una descompensación de la cual no pudo salir bien», añadió su hijo.
Tal como solicitó por escrito, el expresidente será velado en la iglesia San Felipe Apóstol, en San Isidro, donde acudió a lo largo de su vida.