El inicio de año ha sido problemático para el gobierno, más allá de la retórica de récords que se han enunciado por las autoridades sin mucho fundamento cierto, hay una serie de asuntos que son relevantes para la sociedad y que no están contando con respuestas adecuadas o al menos así parece.
La sequía que afecta a todo el país y las pocas medidas anunciadas por las autoridades para paliar una situación crítica, la temporada que no termina de recuperar niveles de actividad previos y que constituye un ingreso para miles de familias que viven de eso, la violencia que se vive en la sociedad parecen indicar un comienzo de año no del todo cómodo para el gobierno. Sin mencionar las preocupaciones por la economía que forman parte de las preocupaciones de la población que ve que “no derrama” y por lo tanto la cosa no mejora.
A estas situaciones se debe sumar que la agenda para este año promueve dos temas de mucha importancia. La reforma de las jubilaciones y la reforma de la educación.
En este caso el gobierno también inicia el año con algunas dificultades.
Un balde de agua fría
En los últimos días se hizo público un relevamiento de la opinión pública de la empresa Equipos que da cuenta de que conocen y piensan los uruguayos respecto de las dos reformas en agenda. Sabiendo que es una foto de un momento y todas las limitaciones que los estudios de opinión pública tienen es un dato relevante que da cuenta del estado de las opiniones a diciembre.
Contrariamente a lo que ha sido repetido hasta el cansancio la ciudadanía mayoritariamente no conoce o no está de acuerdo con estas reformas
Las dos reformas parecen no encontrar eco en la población y esto sucede cuando nos encaminamos al último tramo del período de gobierno con las dificultades que eso conlleva.
La reforma de la educación
Las autoridades han recorrido el país y los medios de prensa hablando de la reforma de la educación, de las medidas que han adoptado, es decir no es por falta de lugar en la agenda, algo más sucede con este tema que no encuentra eco en la ciudadanía.
Frente a la consulta sobre si escucharon hablar de la reforma educativa la gran mayoría de los uruguayos o no la conoce o la conoce muy poco, 25% y 37 %. Solamente 37% de la ciudadanía entiende que tiene una idea clara de la reforma.
A la hora de expresarse sobre el acuerdo o no con los cambios planteados la situación la opinión de la ciudadanía indica que un 31% está de acuerdo o muy de acuerdo con los cambios propuestos y un 37% en desacuerdo o muy en desacuerdo en tanto el resto no tiene opinión o no sabe.
Este estudio se realizó en diciembre del año pasado luego de dos años de “cara a cara”, recorridas por la prensa y campaña de bien público en todos los medios del país.
La seguridad social
En el caso de la reforma de las jubilaciones que está a consideración del parlamento y que ya tiene media sanción en el senado la situación es muy similar.
Las opiniones de la ciudadanía respecto del conocimiento acerca de los cambios propuestos son similares a la reforma de la educación. un 33% dice tener una idea clara de la misma y casi la mitad de la población (47%) dice que escuchó hablar pero no tiene muy claros los cambios. A esto se debe agregar un 20% de uruguayos que ni siquiera escuchó hablar del tema. A la hora de observar los niveles de acuerdos con los cambios propuestos únicamente un 26% de la población acuerda, un 41% no está en desacuerdo o muy en desacuerdo y un 33% de la ciudadanía no sabe o no está ni en acuerdo ni en desacuerdo.
Las posiciones son un problema para el gobierno que propone cambios con los cuales la ciudadanía no está de acuerdo o no los conoce mayoritariamente.
“El problema es que la gente no entiende y hay que explicar”
Las reacciones a estas opiniones no se han hecho esperar, diferentes actores del oficialismo han reconocido esta situación y han dado cuenta de que tienen intenciones de solucionarla. El desacuerdo o el desconocimiento de modificaciones a la educación o al sistema de jubilaciones no es bueno y menos en estos momentos del gobierno donde surgen luces amarillas en todo el tablero de la coalición.
Las dos reformas sobre las cuales las percepciones son mayoritariamente negativas o se desconocen tienen cosas en común, más allá de las diferencias en temas e implementación, tienen origen en conversaciones de expertos o actores técnico políticos del gobierno, no son parte de una conversación ciudadana sobre el tema o de la participación de múltiples actores. Esto es una opción sobre como abordar los temas por parte del gobierno.
Entender que la ciudadanía no sabe y se le tiene que explicar también es toda una definición sobre el lugar en el cual se coloca a la población en la conversación de asuntos que son de interés público, pero particularmente en aquellos que parecen perjudicarla.
Con este panorama y reformas en temas tan importantes tal vez las autoridades deban considerar colocar estos temas en el debate público de otra forma, incorporando diferentes voces que no están presentes y dando a la ciudadanía un rol importante en la definición de estos asuntos, esto parece más consistente con una visión de que estos temas son de política nacional, de estado o de luces más largas que las de un período de gobierno.
Entiendo que no es fácil modificar algunas cosas que terminan perjudicando a la ciudadanía y además contar con el acuerdo de ella.
El gobierno, ya con la mitad del mandato a cuestas y con las dificultades que está sufriendo la población en las diferentes áreas, opta por meterse en un laberinto del cual no tiene claro como salir.
Y bueno! Se sabía que esta gente no estaba preparada para gobernar. Solo prometieron bajar un poquito el déficit fiscal, que nadie sabe bien lo que es. Veremos si cumplen. Y de las condiciones en que dejarán a la mayoría de la población, luego se verá.-