El Liberaij: plata y sangre en el edificio montevideano

El Edificio Liberaij fue construido por Chil y Jacobo Rachjman, quienes quisieron homenajear a sus esposas, Lila y Berta en su nombre, haciendo una conjunción de ambos y el apellido; pero no por esto se hizo famoso.

La historia comienza en Buenos Aires, en septiembre de 1965 cuando “La Banda de la Metralleta” atraca una camioneta que se desplazaba con el dinero para pagarle a los funcionarios públicos desde el Banco Provincia a la municipalidad. Pasadas las 16 horas, del martes 28, el policía Francisco Otero, quien se encontraba en la camioneta, escucha las detonaciones de una ametralladora y sin poder proteger los casi cuarenta mil dólares que traía consigo, pierde la vida en el momento. Los asaltantes tomaron el dinero y se escaparon a toda velocidad en un Chevrolet 400, dejando en la escena tres heridos graves por la balacera, además de un agente muerto. No obstante, tras intentar escapar, se efectúa un nuevo tiroteo, más policías heridos y en esta ocasión uno de los asaltantes. Eso no le impide tomar un nuevo vehículo para continuar su huida hasta la autopista Panamericana.

Algunas evidencias en las escenas de las balaceras hicieron que la justicia atara cabos y diera con los nombres de los asaltantes, Carlos Alberto Mereles, de 22 años,  Enrique Mario Malito, de 24, Roberto Dorda, de 32 años, y Marcelo Brignone, de 22, los cuatro, prófugos de la justicia; que tiempo después se sabría que habían logrado escapar a Montevideo, sin antes invertir gran parte de su botín en armamento que seria confiscado en uno de los allanamientos realizados en búsqueda de los delincuentes.

En Montevideo, pasaron desapercibidos por un tiempo hasta que llegaron al Edificio Liberaij. Versiones afirman que hubo arreglos con la policía para no ser buscados o delatados, ya que todo el Río de la Plata conocía sus caras debido a la prensa argentina y su gran búsqueda en el país de la vecina orilla.

En nuestra capital, asistían a fiestas, paseos por la rambla, noches de casino y un gran despilfarro del dinero obtenido, dando a entender que era difícil no llamar la atención, pero la policía no hizo nada hasta el día que uno de sus compañeros, Alberto Cancela Britos, fue asesinado por haber notado el cambio de matrículas de un vehículo que acababa de ser robado por los asaltantes en las inmediaciones de Enriqueta Compte y Riqué y Marmarajá.  El homicidio fue determinante para que algunos de los informantes de la policía entregasen la ubicación exacta de los porteños.

El 4 de noviembre de 1965, un informante anónimo se comunica con la jefatura policial de Montevideo solicitando hablar con uno de los jerarcas a quien ya conocía por su largo prontuario, pero a la vez, la policía confiaba en este ya que no se trataba de un delincuente vulgar, sino una persona influyente y con buenos contactos que podían llevarlos a buen puerto.

Este infórmate confiesa estar siendo extorsionado por “La Banda de la Metralleta” para protegerles y que, a su vez, le habrían dado una buena suma de dinero (unos $80.000 pesos que, para la época, se consideraba un gran monto). Su tarea era conseguirles un buen escondite, pero al no contar con una propiedad para ellos, recurrió a la ley y de esa manera, podría entregarlos en bandeja de plata y salir vivo de esta jugada.

Nunca se supo porque la policía contaba con las llaves del apartamento 9 del Edificio Liberaij, las cuales fueron entregadas al informante y este se dirigió al encuentro con los asaltantes, los cuales no muy confiados, tomaron leves recaudos antes de dirigirse a la propiedad.

Pasaron una tarde de whiskey y milanesas, como si afuera todo estuviese en orden, mientras la policía capitalina organizaba un operativo que seria recodado en la historia.

La policía es notificada por el informante que los asaltantes se encontraban en el apartamento a las 19:45, este, logro salir de allí diciendo que iba en búsqueda de más víveres, nunca más regreso al lugar. Alrededor de las 22:30, comenzaría el fuego en la puerta del edificio.

Las vacaciones en Montevideo terminaron cuando escucharon la voz del coronel Ventura Rodríguez, jede de policía, intimándolos a rendirse e informándoles que el edificio estaba rodeado; a lo que los porteños contestaron: “¡Vengan guanacos! ¡Vengan a pelear si son hombres!”.

Entra en acción el grupo de choque de la Guardia Republicana, el cual fue repelido por los delincuentes. Disparos, gases lacrimógenos, pasan las horas y en un edificio sin haber sido evacuado el caos es impresionante. La calle también se ve rodeada de personas que atónitas por las noticias escuchadas en la radio se acercaban a constatar los hechos.

Mas agentes muertos, disparos interminables, lanzallamas, bombas molotov, no hubo forma de hacer entrar en razón a los delincuentes y hacer que estos se entregaran a lo que el coronel a cargo de la operativa responde: «¡La vida de uno de mis hombres no vale la de ustedes cuatro!».

A las 5 horas de los acontecimientos, logran evacuar a parte de los habitantes del edificio, cortar la luz y el agua. Desde el apartamento nueve, se escuchan risas y gritos, sin identificar el estado de las personas que allí se encontraban.

La batalla sigue hasta las 14 horas del día siguiente, agotados, con pocas esperanzas, el cuerpo policial ya dentro del edificio se enfrenta a la puerta del apartamento donde constatan que no había movimiento por parte de los buscados. Disparan y no hay respuesta, Melleres fue sacado vivo del edificio, pero llegado al Hospital Maciel pierde la vida debido a los múltiples disparos y heridas recibidas.

Fueron 16 largas horas donde la radio y la televisión nacional se encargaron de transmitir en vivo los acontecimientos. Alguna de las sorpresas fue no encontrar armas de gran calibre en el apartamento y mucho menos el dinero robado, lo cual se dice fue quemado en esas horas de conflicto, pero ¿las armas? Tampoco se supo de Enrique Mario Malito, a lo que se sospecha que ante notar la traición del informante huyo a tiempo.

Esta historia sigue dando de que hablar y ha dado pauta a novelas como Liberaij, la verdadera historia de la plata quemada por Leonardo Haberkorn, Plata Quemada, de Ricardo Piglia, la cual fue usada para la famosa película argentina que lleva el mismo nombre que si bien, relata lo sucedido, pone de su imaginación para captar la atención de los espectadores.

5 Comentarios

  1. Recuerdo clarito. Una conmoción. A la distancia, daría para varios análisis, que la periodista menciona. A la luz del día actual, hace unos pocos días, salvando las distancias, la policía, armada, e retiró dos veces de Boix y Merino, x el ataque a pedradas de los vecinos….. pudo haber algún disparo. Ayer, disparo balas de goma, a menos de 3 metros de distancia, hiriendo a 15 trabajadores del mar, que están sin trabajo porque los patrones cerraron ……

    • ¿TE PARECE LOGICO MEZCLAR ASERRIN CON PAN RAYADO? ¿QUE TIENE QUE VER UNA COSA CON LA OTRA? NO HUBO ESA CANTIDAD DE HERIDOS, SOLO 2 PATOTEROS QUE SE QUISIERON HACER MATONES PROFESIONALES. ESOS ANIMALES DE LA PESCA YA SABIAN DE ANTEMANO QUE GRACIAS A LA FANTASTICA LUC….. ESO QUE PRETENDIERON NO SE PUEDE HACER MAS…… LIBERTAD PARA EL QUE QUIERE TRABAJAR, HAMBRE PARA EL QUE NO TRABAJE… FIRMADO V.I. LENIN,

  2. También los mencionó Jaime Roos en la canción «Brindis por Pierrot», que magistralmente interpretó Washington «El Canario» Luna: «Qué será de los porteños/ ocupando el Liberaij…»

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