Se ha vuelto muy popular entre los jóvenes occidentales, admiradores de la cultura asiática, tener un nombre chino. Trasfondo en la ya tradición del país, de buscar nomenclaturas occidentales que internacionalicen sus formas de llamarse.
En la antigua China, solo las personas privilegiadas tenían un apellido, la gente común se identificaba con nombres muy simples. En un principio, la mayoría de los casos provenían de elementos naturales: Long (龙, dragón), Xiong (熊, oso). Con la adquisición de poderío, la mujer empezó a tener representatividad, y su carácter se incluyó en los apellidos: (女, nǚ): Ji (姬) y Si (姒). Otra elección de nombres tuvo que ver con el lugar originario, o con el líder de la tribu. Hasta la actualidad, los apellidos adquieren un significado especial tanto para la familia que lo otorga, como para el que lo portará el resto de su vida.
Con tantas opciones, había un criterio claro: el nombre de pila se utilizaba para referirse a uno mismo o de padres a hijos, el nombre de cortesía era el que usaban los demás. Los primeros eran escogidos por los progenitores, según la antigua costumbre debían ponérselo durante sus tres primeros meses de vida. Luego, cuando los chicos cumplían 20 años y las chicas 15, se realizaba una ceremonia de paso a la madurez en la que escogían el nombre de cortesía.
Óscar es un joven graduado hace algunos años de la Universidad de Linyin, y escogió su nombre junto a los profesores, su verdadera identidad en Táng Fú Qín: “Los nombres chinos son muy difíciles de explicar; en primer lugar, su composición es diferente: el apellido del padre + primer nombre, y raramente sigue el apellido de la madre. Ahora, en la modernidad los apellidos consisten en una palabra, pocas veces dos.
Antes de la dinastía Qing, estos estaban compuestos por cuatro caracteres o más. Si el nombre de una persona es de tres caracteres, en muchos casos, la segunda palabra es la de la genealogía correspondiente a su antigüedad. Mi apellido es Táng, mi antigüedad es Fu, y mi nombre es Fuqin”
Para comprender un poco de esta tradición, vale reconocer patrones en la historia, por ejemplo: la cultura china familiar, los cinco elementos, las fechas de nacimiento, el Yin Yang… Las generaciones aquí, contadas de cuatro en cuatro, respetan y mantienen la genealogía, libro que registra los nombres y hechos importantes de cada generación de personas con el mismo apellido. Óscar nos sigue contando: “Todas las personas eran una familia hace dos mil años, y todos somos descendientes de Yan y Amarillo. Tiempo después el árbol genealógico ha crecido, pero las tradiciones se mantienen. Una breve explicación sería la siguiente: Supongamos que tu abuelo es la primera persona con tu apellido, su apellido es Li, la antigüedad de cada generación está acordada aquí, empezando por tu abuelo como A y la antigüedad de tu padre como B.
Y el tuyo es C, y el hijo de tu hermano es D (porque según la cultura tradicional china, si una niña se casa, el hijo debe tener el apellido de su marido); Entonces podemos concluir que el nombre de tu abuelo es Li A xxx, el nombre de tu padre es Li B xxx, tu nombre es Li C xxx y el hijo de tu hermano se llama Li D xxx… Esto es solo para una rama de una familia. Si tu abuelo tiene 5 hijos, y tu padre es uno de ellos, entonces los nombres de los hermanos de tu padre pueden ser Li B xyz, Li B xxy, Li B abc… La diferencia es solo el tercer carácter del nombre, porque son de la misma generación.Con el desarrollo del tiempo, habrá cada vez más personas en tu familia, y la antigüedad se desarrollará de ABCD… a XYZ… Sin embargo, después de cientos de años de desarrollo, estas palabras se usarán, y a partir de ahora, entrará en un nuevo ciclo, comenzando de nuevo con ABC…”
Otro elemento importante en la tradición onomástica, es la cultura del Yin Yang y los Cinco Elementos, el metal, la madera, el agua, el fuego y la tierra, estos se refuerzan y restringen mutuamente. Hasta ahora, cuando los padres nombran a sus hijos, les dan adivinación en función de su fecha de nacimiento, que se refiere al año, mes, día y hora.
Según la cultura taoísta, no sólo los objetos tienen los atributos, sino también las personas, debe calcularse a partir de la fecha de nacimiento y el horóscopo. Algunas personas tienen más atributos de agua, pero carecen de «madera», por lo que al elegir nombres, usarán palabras relacionadas con la madera o palabras con radicales de la «madera». El atributo de Óscar carece de «oro», por lo que la tercera palabra de su nombre es un radical metálico “Qin”.
También hay algunas personas cuyos nombres tienen un significado conmemorativo, en el 2008, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Beijing, muchos niños se llamaron así. En otras ocasiones, los padres pronostican el futuro con los nombres de los hijos, bendiciones, suerte, profesiones…
Un chino puede tener un nombre español o inglés, al igual que cualquier otra persona que puede tener un nombre chino; sin embargo, las traducciones se quedan por fuera. Cada cultura identifica a su país, admirarlas con respeto y veneración, dice mucho de quienes somos y quienes seremos.