El Instituto Uruguay XXI expuso el retrato de un sector inmobiliario robusto, que responde a cambios demográficos y sociales con una oferta en crecimiento, y que se mantiene como un componente esencial de la economía nacional.
El informe destacó el crecimiento sostenido del sector, impulsado por una mayor demanda habitacional, un dinamismo en la construcción promovida y un mercado de compraventas y alquileres en expansión, que evidencia un cambio en la estructura social del país.
El análisis reveló una dinámica de crecimiento constante, que se sostiene pese al estancamiento general de la población, señalando factores profundos de transformación en la sociedad uruguaya.
La demanda de viviendas continúa en ascenso, un fenómeno que el documento atribuye a varios elementos estructurales. Entre ellos, se destacan los cambios en la conformación de los hogares, con un incremento significativo de los hogares unipersonales, y el impacto demográfico de la inmigración reciente, que ya representa el cuatro por ciento de los residentes en el país. Esta combinación de factores genera una presión habitacional que activa al mercado.
En este contexto, el informe subrayó la consolidación de la vivienda promovida como un instrumento fundamental para ampliar la oferta disponible. El marco regulatorio, vigente desde 2011, ha permitido la aprobación de 1.302 proyectos, que suman 34.518 viviendas autorizadas y más de 23.000 unidades ya finalizadas. Este mecanismo se ha establecido como un pilar para el desarrollo del sector.
El año 2024 reflejó un notable impulso en esta área, con la aprobación de 203 proyectos. Esta cifra representa un aumento del 31 por ciento en la cantidad de viviendas construidas respecto al año anterior. El reporte también añade que la inversión inmobiliaria ha comenzado a desplazarse hacia zonas que anteriormente se encontraban relegadas, indicando una expansión geográfica del desarrollo.
Por su parte, el mercado de compraventas mantuvo su actividad durante 2024, cerrando el año con 52.251 operaciones registradas. Esta cifra implica un crecimiento del tres por ciento en la cantidad de transacciones, mostrando un mercado estable y en movimiento.
Un dato relevante es la evolución dispar de los precios entre la capital y el interior del país. Mientras que en Montevideo el valor por metro cuadrado subió apenas un uno por ciento, en el interior del territorio se registró un aumento del 13 por ciento interanual. Este comportamiento impulsó el promedio nacional, evidenciando un proceso de valorización más acelerado fuera del área metropolitana.

En paralelo, el mercado de alquileres sumó más de 25.000 nuevos contratos en 2024. Los arrendamientos experimentaron un crecimiento del 2,1 por ciento interanual, con un aumento de los precios del dos por ciento en términos reales, lo que confirma un sector en constante expansión y adaptación a las nuevas demandas de la población.
El régimen de vivienda promovida se ha afianzado como uno de los motores del sector, facilitando el acceso a la vivienda mediante instrumentos que agilizan la inversión y la construcción. En cuanto a la ubicación, ciertos barrios de Montevideo mantienen su liderazgo como zonas preferidas para comprar, mientras que otros se destacan por la demanda de alquiler, mostrando una clara segmentación geográfica según el tipo de operación.
Cabe destacar que Uruguay mantiene su atractivo para la inversión inmobiliaria extranjera, destacándose como destino por su estabilidad económica, seguridad y calidad de vida. Ciudades como Montevideo y Punta del Este continúan recibiendo inversiones en propiedades residenciales y comerciales, reforzando la integración del mercado local con el contexto internacional.
El sector inmobiliario uruguayo avanza así hacia un modelo más diversificado, con un marco normativo que incentiva la inversión y responde a las nuevas demandas de la población, consolidando su rol como uno de los pilares de la economía del país.

