Elecciones en Argentina: la gran chance de construir gobernabilidad a partir de la restauración del centro

El próximo domingo se celebran las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, conocidas como las PASO.

El país está muy polarizado. 

Sergio Massa como candidato de unidad del peronismo, significó devolverle competitividad a esa fuerza política. Representa una opción de centro diferenciada del kirchnerismo. Las corrientes del peronismo de izquierda pueden optar en las PASO por Juan Grabois, militante con trayectoria en la defensa de los intereses de los movimientos sociales. En la actualidad casi el 40 por ciento de los argentinos está por debajo de la línea de pobreza. 

No obstante, el voto peronista de los excluidos parece inclinarse por el apoyo al massismo, pues se pretende demostrar en estas primarias que Massa será el candidato más votado individualmente.

En filas de Juntos por el Cambio, hay dos grupos políticos: el PRO, liderado por el macrismo, pero dado que su líder se abstuvo de participar directamente, se convirtió en un espacio disputado entre Rodríguez Larreta, actual jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Patricia Bullrich, ex ministra de seguridad del gobierno de Macri. 

El larretismo propugna una estrategia gradual y moderada. Mientras que Bullrich construye su oferta política a partir de propuestas más extremas, tanto en lo económico como en materia de seguridad ciudadana. 

El otro partido dentro de Juntos por el Cambio es el radicalismo, el cual no tiene posibilidad de poner un candidato propio al frente de la conducción nacional. Ha optado por mantenerse dentro de Juntos por el Cambio para preservar su estructura y ocupar posiciones de poder en los ámbitos nacionales, provinciales y municipales, para asegurar su continuidad histórica.

En una posición disruptiva ha emergido la figura de Milei, quien denuncia a toda la clase política llamándola la casta. La designa así porque a su entender los políticos representan el grupo de máximos privilegios, con responsabilidades compartidas de haber conducido al país al fracaso que exhibe en todos los órdenes. 

Busca captar el voto de los jóvenes disconformes, ofreciendo una opción anclada en de derecha, pero con vocación anti sistémica.

Milei viene perdiendo posiciones de manera continua y los resultados que ha obtenido en las elecciones en las provincias muestran una magra presencia en el interior del país.

La izquierda llega a estas elecciones muy dividida y con un electorado minoritario.

En estas PASO la interna entre el larretismo y el bullrichismo es la que despierta la mayor expectativa.

Entre estas dos fuerzas políticas existe una grieta profunda. Y ello puede tener consecuencias en el futuro inmediato.

¿Por qué?

Si Patricia Bullrich ganara las PASO dentro de Juntos por el Cambio, el gran beneficiado podría ser Massa, pues sectores del radicalismo y del propio larretismo, podrían optar por votarlo en las elecciones nacionales, antes que apoyar a Bullrich. 

Hoy el centro es mayoría y la arquitectura política vigente hace que vaya dividido entre el massismo y el larretismo. 

La situación compleja en la que se encuentra Argentina, considerando la crisis social, la inflación, el endeudamiento, el déficit fiscal, la falta de reservas en el Banco Central, etc., podría parecer de extrema complejidad.

Es cierto, pero Argentina es un país muy rico. El litio, el gas, el petróleo, la explotación de minerales pendiente de inversiones, el cambio de la matriz energética, la enorme capacidad agroindustrial, constituyen una realidad objetiva que, demanda bajar los niveles de la confrontación y mejorar la calidad institucional. Restaurar un clima adecuado para desarrollar un programa ordenado de inversiones y crecimiento, fundado en proveerle al mundo todas las riquezas que Argentina tiene en abundancia, puede modificar en forma relativamente rápida el estado de situación existente.  

En el centro, el massismo cuenta con el apoyo de la CGT y también de la mayoría de los movimientos sociales. Ello representa una opción diferente a la que vivió el país cuando Alberto Fernández llegó a la presidencia. Massa tiene trayectoria, aparato y vocación de poder. 

Rodríguez Larreta exhibe una gestión intensa en la Ciudad de Buenos Aires, con importante soporte técnico de equipos competentes. 

El centro tiene una chance para conformar una efectiva mayoría y apuntar así a la restauración de condiciones económicas, sociales y políticas para promover una cultura de la tolerancia.

Es difícil imaginar cuál de los dos representantes del centro llegará a la presidencia. 

La clave de la gobernabilidad estará en hacer crecer el país y distribuir la riqueza con un criterio más inclusivo.  

En caso que fuera Bullrich quien llegue a la presidencia y si esta candidata es coherente con sus propuestas de shock en materia de ajuste económico y de hacer prevalecer la mano dura en el campo de las políticas públicas de seguridad ciudadana, es muy probable que Argentina nuevamente se encamine hacia un escenario de máxima tensión con altísimos costos.

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