El país se ha estancado, se ha vuelto más desigual e inseguro. Cuando un gobierno habla de sus logros, pero sus candidatos refieren permanentemente a nuevas propuestas en seguridad como los allanamientos nocturnos o como cuestiones que ya existen como un nuevo grupo para enfrentar al narcotráfico, eso habla de un fracaso.
Por un lado, la seguridad está controlada. Por otro lado, todos hablan de medidas cada vez más duras para controlar la seguridad. ¿Si está todo bien, por qué hay tantas propuestas? ¿Estamos mejor? No lo cree la gente.
No fue suficiente con votar la LUC. Trabajadores de la educación, de los servicios sociales o vecinos organizados lo sostienen permanentemente: los barrios de Montevideo están cada vez peor. El Ministerio del Interior parece desconocer que la población no observa mejoras en seguridad pública.
Con la mayor debilidad en controles fronterizos y aduaneros, con el aumento en el tope de dinero que no es necesario declarar en operaciones de compraventa, se facilita el camino al ingreso del narcotráfico al país.
Las balaceras, los crueles atentados que podemos leer, escuchar u observar por la televisión o redes sociales, hablan de duras realidades que ocurren en más localidades de todo el país a medida que avanzan los días, en el marco de fronteras definidas como un “colador” por las propias autoridades actuales.
El período de gobierno más violento desde la recuperación de la democracia
Hay más homicidios durante este quinquenio en comparación con el anterior. Incluso con dos años de movilidad restringida por la pandemia, este será el período de gobierno con más violencia en las calles desde la recuperación de la democracia. Es un dato que claramente muestra la inseguridad en la cual vive la población. Hay zonas de Montevideo con situaciones muy preocupantes.
Hay que alejarse de las soluciones simplistas al problema de la seguridad pública, respuestas vacías o golpes de efecto. Será necesario abrir la oportunidad a un trabajo en conjunto, con políticas integrales que realmente marquen una diferencia.
La seguridad pública debe abordarse con investigación, equipos especializados en mercados ilegales, y una represión inteligente y efectiva del delito, no con anuncios que buscan generar titulares.
El Espacio 609 no ve la seguridad como un botín electoral, sino como un compromiso con la ciudadanía. Por eso, proponemos la creación de un espacio multipartidario en el que los mejores actores de todos los partidos, la sociedad civil, la academia y los empresarios trabajen juntos en soluciones reales. Creemos que la seguridad debe abordarse de manera colaborativa, con políticas claras, asignación de roles específicos, y un objetivo en común: un Uruguay más seguro y en paz.
Una oportunidad a la esperanza
La violencia está en el delito, claro que sí. Pero también está la falta de un techo digno, de un plato caliente. Vayamos hacia la recuperación de aquellos valores que constituyeron un país de cercanías, derechos y promoción social.
La realidad es que las cárceles en Uruguay están llenas de jóvenes, muchos de ellos analfabetos y provenientes de hogares pobres. Para romper este ciclo, es esencial ofrecer oportunidades reales para las personas más vulnerables.
Vamos por la recuperación de las redes que contienen a quienes se caen. No con un país construido para los “malla oro”. Vamos por otro, con un Estado presente, con 2.000 policías más en las calles, con becarios universitarios en las comisarías, con mejores salarios policiales, con tecnología aplicada a la seguridad, con fronteras seguras, con un plan de intervención en los barrios, con protección a las víctimas de violencia de género.
Con salud mental para quienes nos cuidan, los policías. Con condiciones laborales para los custodios de las cárceles.
En definitiva, con una oportunidad a la esperanza. Con Yamandú presidente. Con la 609, la lista de la gente.