Esta actividad, organizada por la Intendencia de Montevideo, se realizó por segunda vez consecutiva y tuvo una gran convocatoria, similar a la del año anterior.
Las estacas entregadas provienen de las podas anuales de invierno realizadas en el Vivero de Rosaleda, ubicado en el Parque Prado. Fernanda Otero, del Servicio de Áreas Verdes, explicó que «el material sano lo repartimos para que la gente pueda tener su propio ejemplar de rosa en su casa». Una estaca es un fragmento de tallo de consistencia leñosa con yemas, que debe enraizar para reproducirse. Este método permite que un tallo, rama o brote se convierta en una nueva planta al ser colocado en la tierra.
Los ejemplares entregados son de rosales trepadores, tanto antiguos como modernos. Estas plantas se caracterizan por su crecimiento en forma de ramas flexibles y largas que trepan sobre estructuras de apoyo. En la Rosaleda del Prado, se pueden apreciar adornando pérgolas y la glorieta central, creando un paisaje florido y colorido.
La jornada de entrega contó con la participación del intendente de Montevideo, Mauricio Zunino, y la directora de Espacios Públicos, Natalia Castro. Estudiantes voluntarias de la Escuela Municipal de Jardinería colaboraron en el reparto, asegurando que los asistentes pudieran llevarse a casa un pedazo de este patrimonio natural.
Zunino destacó la importancia de esta iniciativa para la comunidad, afirmando que «este año se vuelve a repetir porque es muy importante para esta zona». La actividad no solo permite a los vecinos embellecer sus hogares, sino que también fomenta la preservación y el cultivo de diversas variedades de rosales, un objetivo central del Vivero de Rosaleda.