¿Existen suficientes programas para promover una vida saludable en Uruguay?

Según la OMS, la promoción de la salud debe ser iniciativa del Estado y es necesaria una redistribución del poder y los recursos

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ‘Promoción de la Salud’ constituye un proceso político y social global que abarca acciones dirigidas a fortalecer las habilidades y capacidades de los individuos y de las comunidades y, aún más importante, acciones dirigidas a modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas, con el fin de favorecer su impacto positivo en la salud individual y colectiva.

Aunque la salud es un concepto dinámico, habitualmente se aborda desde la visión de pérdida (enfermedades o factores de riesgo). Pero la promoción de la salud reconoce la misma como un concepto positivo y se centra en los factores que contribuyen a ella. Busca que todas las personas desarrollen su mayor potencial de salud, tomando en cuenta los activos de la comunidad y las condiciones sociales que nacen de la determinación de una mejor o peor salud, sabiendo que para alcanzar la equidad es necesaria una redistribución del poder y los recursos.

El abordaje de promoción de la salud implica una manera particular de colaborar: parte de las diferentes necesidades de la población, fomenta sus capacidades y sus fortalezas, empodera, es participativa, intersectorial, sensible al contexto y opera en múltiples niveles. “Comunidades, organizaciones e instituciones trabajando juntas para crear condiciones y entornos que aseguren la salud y el bienestar para todas las personas, sin dejar a nadie atrás”.

Los buenos hábitos de salud pueden permitirle evitar una enfermedad y mejorar su calidad de vida. Algunas de las recomendaciones son hacer ejercicio en forma regular y controlar el peso. No fumar ni tomar mucho alcohol y evitarlo por completo en caso de tener antecedentes de alcoholismo. Utilizar los medicamentos recomendados por su proveedor de atención médica según las instrucciones. Pero no es suficiente, ya que hay que conocer las comunidades y atender los principales factores de riesgo.

El objetivo fundamental en teoría es alcanzar estilos y entornos de vida saludables, impulsar la participación y descentralización como mecanismos de acción y aplicar una mirada interdisciplinaria con participación de usuarios y trabajadores. Además, se puede intentar promover la acción intersectorial para actuar sobre los factores determinantes.

En Uruguay, en el año 2011, se creó la Estrategia Nacional de Promoción en Salud, impulsada por el Ministerio de Salud Pública (MSP), para tratar de mejorar la calidad de vida de la población y reducir enfermedades.

La Organización Panamericana de la Salud llegó a destacar algunos programas para la promoción de la salud en el 2018, Sistema Nacional Integrado de Salud, Abordaje de la salud cardiovascular, Abordaje del consumo de drogas, Participación social, Gobiernos locales, Sinergias entre educación y salud, Seguridad alimentaria y nutricional, Seguridad vial, Salud en los vínculos, Salud mental, Salud ambiental y Matriz de protección social y políticas focalizadas.

Al día de hoy, algunos de estos proyectos se mantienen y otros parecen haber quedado en el olvido. Recordemos que una buena salud es el mejor recurso para el progreso personal, económico y social, por lo que es fundamental que el Estado invierta en políticas sanitarias para lograr el desarrollo humano, no solo en el área de la educación que es importante, sino también en la promoción de una vida saludable.

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