Una falla detectada en el software de los aviones Airbus A320neo encendió las alarmas en la industria aeronáutica internacional. El pasado viernes 28, el fabricante europeo ordenó una revisión urgente y obligatoria de miles de aeronaves de la familia A320, luego de analizar un incidente ocurrido el 30 de octubre en un vuelo de JetBlue que cubría la ruta Cancún–Newark.
Durante el trayecto, el A320 experimentó una pérdida súbita de altitud, atribuida a un error en el sistema ELAC, uno de los ordenadores encargados del control de las superficies de vuelo. La tripulación debió desviar la nave y realizar un aterrizaje de emergencia en Tampa, Florida. Según reportes citados por la BBC, entre 15 y 20 pasajeros sufrieron lesiones leves por las maniobras correctivas.
El ELAC (Elevator Aileron Computer) es uno de los componentes centrales del sistema de control de vuelo fly-by-wire de Airbus. Su función es recibir las órdenes que el piloto ingresa en los mandos y convertirlas en movimientos precisos del avión, particularmente en alerones, timón de profundidad y estabilizadores.
En condiciones normales, los A320 operan con dos computadoras ELAC redundantes, diseñadas para que una pueda tomar el control si la otra falla. Cuando un error de software afecta el procesamiento de datos aerodinámicos —como ocurrió en el incidente de JetBlue— el sistema puede enviar órdenes incorrectas o no interpretar de forma adecuada la actitud de la aeronave, lo que deriva en comportamientos anómalos como subidas o descensos bruscos.
La arquitectura de Airbus contempla múltiples barreras de seguridad, pero una falla de este tipo obliga a revisar de manera integral los algoritmos que calculan estabilidad y comando de superficies. De allí la urgencia y el carácter global de la instrucción.
El impacto operativo ya comenzó a sentirse en varias aerolíneas del mundo, y una de las más comprometidas es la colombiana Avianca. La aerolínea comunicó desde Bogotá que una parte sustancial de su flota A320 está alcanzada por la directiva de Airbus, por lo que cada aeronave deberá someterse a una actualización inmediata del software antes de volver a volar.

Más del 70% de su flota A320 deberá permanecer en tierra hasta completar la intervención técnica. Para mitigar el impacto, Avianca cerró las ventas de pasajes hasta el 8 de diciembre, con el propósito de reorganizar frecuencias, reacomodar pasajeros y evitar cancelaciones masivas no previstas.
La industria aeronáutica opera bajo el principio fundamental de tolerancia cero al riesgo operativo. En casos donde el software puede comprometer la estabilidad de una aeronave, Airbus aplica un protocolo de actuación estandarizado que incluye: Boletín técnico obligatorio (Mandatory Service Bulletin) dirigido a aerolíneas y talleres certificados, Inmovilización preventiva de los aviones afectados hasta completar el parche o actualización correspondiente, revisión de telemetría y reportes de vuelo, con análisis en tiempo real de registros digitales para identificar patrones, coordinación con agencias de seguridad como EASA y FAA para validar la corrección y liberación del avión solo después de pruebas de integración y certificación final.Aunque disruptivo para la operación comercial, este mecanismo es parte estructural del modelo de seguridad aérea moderno, que prioriza la prevención por encima del mantenimiento de la oferta de vuelos.

