¿Cuál es la reflexión que podes hacer de este nuevo Día Internacional de las Cooperativas con su lema que es «Cooperativas para el desarrollo sostenible»?
Las empresas cooperativas en general no tienen que explicitar demasiado como trabajan la sostenibilidad porque lo llevan en su ADN. Dentro de los principios cooperativos está el compromiso con el medio ambiente y la comunidad y eso hace a la base con la sostenibilidad con la que trabajan. Quizás otras empresas tengan que hacer programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
¿Cómo se trabaja eso desde Inacoop?
Desde el Instituto en cada uno de los programas que llevamos adelante con el sistema cooperativo, tratamos de hacer énfasis en los procesos de cuidado del medio ambiente y sostenibilidad. Eso se hace a través de las capacitaciones que se brindan para llevar adelante esos procesos sostenibles y también del financiamiento.
En ese sentido, nosotros trabajamos en la sostenibilidad en el día a día. Hace poco participamos de la Expo Uruguay Sostenible, que organizó el Ministerio de Ambiente. Ahí no estuvo solo el Instituto sino que también lo hizo la Confederación de Entidades Cooperativas del Uruguay (Cudecoop). Las que exponían eran cooperativas que se dedican a una producción amigable con el medio ambiente, la sostenibilidad y que ofrecen productos sumamente innovadores en los que el cooperativismo está a la vanguardia.
¿Cuáles son algunas de las cooperativas que trabajan con el cuidado del medio ambiente?
Con respecto a las cooperativas que reciclan cada vez hay más en todo el país. Hay una cooperativa que produce ladrillos ecológicos, la cooperativa Entre Bichitos que trabaja con microorganismos eficientes nativos, la cooperativa Bella Vela y la cadena productiva del cuero que trabajan en el reciclado del mismo para realizar productos vinculados a la industria del calzado.
Va mucho más allá del reciclaje. Va en poder trabajar con la sostenibilidad medioambiental. En ese sentido, hay cooperativas en todo el país que utilizan una producción innovadora, sostenible y que ofrecen productos a la sociedad que son muy bien recibidos.
¿Cómo ves la actualidad del movimiento cooperativo en Uruguay donde los números muestran que sigue en crecimiento?
El sector cooperativo en Uruguay sigue en crecimiento y eso nos hace una referencia a nivel regional y mundial también, porque en momentos sumamente difíciles, como los que pasamos con la pandemia, el movimiento cooperativo mostró la resiliencia que todos pensamos que iba a mostrar, pero lo superó. Inclusive logró un crecimiento de su desarrollo y del empleo que generaba. Seguimos con números muy interesantes y muy importantes.
Esto en realidad no es un mérito exclusivo del Inacoop. Allí hay un fuerte compromiso del movimiento cooperativo organizado que en Uruguay tiene su historia, presente y seguramente tendrá mucho futuro, pero también hay un compromiso muy fuerte de actores que son imprescindibles para el desarrollo del cooperativismo. Entre ellos se encuentran: Los ministerios, entes autónomos, gobiernos departamentales y municipios que también se han empezado a comprometer con el cooperativismo.
Eso es un orgullo muy grande pero también es una responsabilidad. Es muy importante porque cada vez más se pone el foco en las cooperativas. Se ha visto que el compromiso, no es solamente político, sino que es institucional del país con el cooperativismo, más allá de los partidos políticos que estén al frente de las políticas públicas. El cooperativismo es una política de Estado, por lo tanto nosotros tenemos la responsabilidad de seguir en su promoción y de acompañar fuertemente esos procesos.
¿Cuáles han sido los rubros donde ven un mayor crecimiento en este último tiempo?
Hay algunos sectores de actividad donde hemos notado un crecimiento muy importante en los últimos años. Por ejemplo, las cooperativas de educación. Hay un crecimiento sostenido de éstas que brindan no solamente los servicios vinculados no solamente a la educación formal, de primaria o secundaria, sino que también tienen una fuerte presencia en todo lo que es el desarrollo de la red de Centros CAIF. Buena parte de ellos en todo el país son gestionados a través de cooperativas.
Pero lo hay también vinculado a la educación no formal si se quiere. Allí hay institutos de educación y entidades de capacitación que son cooperativas y que cada vez más trabajan en ese sentido.
Con respecto a las cooperativas vinculadas al reciclaje, siguen las inquietudes de las intendencias en trabajar con grupos cooperativos para poder realizar circuitos limpios en las ciudades y valorizar los residuos. Así como un sinnúmero de apuestas que tiene el cooperativismo. Algo que todavía nos cuesta desarrollar, pero que se han empezado a prender algunos fogones interesantes, son los vinculados a las tecnologías de la información y a la producción audiovisual donde allí la propia incubadora de cooperativas que tenemos en conjunto con el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) ha dado proceso exitosos e interesantes que inclusive hoy ya proyectan llegar a una serie a Netflix.
¿Qué significa que el empleo en las cooperativas siga en aumento por tercer año consecutivo?
Hoy tenemos un crecimiento del 15 por ciento en los últimos tres años donde está la pandemia incluida. Creo que también está muy asociado a un proceso que se ha dado en Uruguay en cuanto a la formalización del empleo, contrariamente a lo que ha pasado en todo el mundo. Además, porque hay una cantidad de uruguayos que confían en el sistema cooperativo. También se sigue con el impulso del Gobierno y el Estado y eso le da cierta estabilidad a un sector cooperativo, que siempre lo necesita.
Es un desafío muy grande. El empleo sigue como un eje fundamental para este Gobierno y el salario. En esas dos cosas, el cooperativismo tiene mucho para hacer. Ha hecho mucho en estos tres años, pero tiene mucho para seguir en su crecimiento.
¿Cómo se fomenta desde Inacoop?
Hay dos ejes fundamentales que para nosotros han consolidado el crecimiento. Uno es la descentralización de las herramientas del Instituto, donde hemos podido llegar con técnicos a cada rincón del país y que hoy una cooperativa en Baltasar Brum en Artigas, Bichadero en Rivera o en Isidoro Noblía en Cerro Largo pueda sentir que se le acortó la brecha de posibilidades de acceso a dichas herramientas con una cooperativa de Parque Rodó o de La Paz, en el departamento de Canelones. Eso ha hecho que el sector cooperativo crezca en el interior del país. No podemos quedarnos en que las políticas públicas sean solamente para Montevideo y Canelones, tenemos que llevarlas a todo el país.
Por otro lado, el otro eje es la sinergia que hemos logrado con los actores fundamentales. Los ministerios y allí desde el compromiso que asume el MIEM para los llamados que hacemos en conjunto a cooperativas para las asistencias técnicas, financiamiento, pero también como por ejemplo con éste último fondo que se creó conjuntamente con ellos para poder tener acceso a foros y rondas de negocio en el exterior.
También con los entes autónomos como UTE con las conexiones intradomiciliarias en hogares de contexto crítico que ha crecido sustancialmente en los últimos años y allí hay una apuesta muy fuerte por parte de ellos.
A estos, se suman las Intendencias y los municipios que piensan en el cooperativismo para llevar adelante sus servicios. Más los rubros que han sido tradicionales como las cooperativas de trabajo y las agrarias. Son factores de generación de empleo muy trascendente y no solamente empleo, sino también de desarrollo, de crecimiento de sus socios y de sus trabajadores. Allí hay un verdadero desafío.
