Tanto la neumonía, la bronquitis crónica y el asma son enfermedades que afectan a millones de personas cada año. En la actualidad existen muchos tratamientos, pero uno de los más efectivos es la fisioterapia torácica, un tratamiento que ayuda a eliminar las secreciones de los pulmones y mejora la capacidad pulmonar. Además de las enfermedades mencionadas, se utiliza para tratar la fibrosis quística y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Dentro de sus beneficios está mejorar la capacidad pulmonar, aliviar los síntomas de las enfermedades respiratorias, fortalecer los músculos respiratorios, mejorar la tolerancia al ejercicio y ayudar a respirar con mayor facilidad.
Los fisioterapeutas respiratorios utilizan varias técnicas para el tratamiento de las enfermedades pulmonares, como drenaje postural, aspiración y ejercicios de respiración; es importante señalar que la terapia se elige en función de la enfermedad subyacente y del estado general del paciente.
Mientras que los ejercicios de respiración ayudan a favorecer las respiraciones profundas con objeto de limitar o revertir la atelectasia pulmonar, pero no mejoran directamente la funcionalidad pulmonar. Más aún, los ejercicios respiratorios disminuyen las probabilidades de complicaciones pulmonares postoperatorias, especialmente en fumadores empedernidos y otras personas con enfermedad pulmonar. Estos ejercicios son particularmente útiles en personas sedentarias que padecen una enfermedad pulmonar obstructiva crónica o en aquellos a quienes se les ha retirado el respirador mecánico.
Es fundamental señalar que la terapia debe ser realizada bajo la supervisión de un profesional de la salud capacitado para asegurar su eficacia y seguridad. Además, cada sesión de terapia debe ser personalizada de acuerdo a las necesidades y la tolerancia del paciente.