El leucismo provoca una falta parcial o total de pigmentación en la piel, el cabello o las plumas. ¿Cuántas especies animales con esta condición se pueden encontrar en la naturaleza?
El cabo Crozier, una zona muy remota y considerada como una de las áreas más frías y desafiantes del mundo, es conocido por su gran colonia de pingüinos emperador. Y recientemente, el fotógrafo Jeff Mauritzen captó (en una expedición turística de National Geographic) imágenes de un pingüino pálido cuyas plumas negras parecían haber sido despojadas de su color.
Según confirmó P. Dee Boersma, experto en pingüinos de la Universidad de Washington en Seattle (Estados Unidos), a este ave que habita en la Antártida se lo conoce como isabelino (o leucístico) y presenta una mutación genética que, a diferencia del albinismo (que afecta la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel, cabello y ojos), ocurre cuando se impide que los pigmentos se distribuyan por todas las partes del cuerpo, provocando una falta parcial o total de pigmentación en la piel, el cabello o las plumas, pero no en los ojos.
Se trata del segundo pingüino leucístico que Mauritzen fotografió, siendo el primer ejemplar observado el de las islas argentinas Georgia del Sur en 2019.
Aunque los pingüinos leucísticos son raros, no son los únicos animales con una falta parcial o total de pigmentación en su piel, cabello o plumas.
Los leones blancos, ubicados en las áreas protegidas de Sudáfrica, se observaron por primera vez en la década de los ’70 y su particular condición genética no les permite sobrevivir demasiado tiempo en estado salvaje: por su pelaje blanco, no tienen el camuflaje indicado que a los leones normales les permite cazar sin ningún tipo de problema.