Un homenaje a los Senadores del Partido Colorado que se opusieron al golpe de Estado de 1973 se realizó ayer en la casa de esa colectividad política ubicada en la calle Martinez Trueba.
Los homenajeados fueron el vicepresidente de esa época Jorge Sapelli, Nelson Constanzo, Guido Machado Brum, Eduardo Paz Aguirre, Luis Hierro Gambarella, Amílcar Vasconcellos y Héctor Grauert.
El Secretario General del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti fue interrogado por la prensa sobre si faltaba autocrítica de esa colectividad ya que quién dió el golpe, Juan María Bordaberry, había sido electo presidente precisamente por el Partido Colorado. Ante la pregunta Sanguinetti dijo que «el Partido Colorado puede sentirse tranquilo que el 9 de febrero -desobediencia militar a una decisión presidencial y posteriormente comunicados 4 y 7- fue el único partido que como partido se pronunció en contra. Otros partidos, como el Partido Comunista, se adhirieron a los comunicados militares soñando con un gobierno civil y militar».
Agregó «fue nuestra conducta también en el golpe de Estado de junio. Hay una declaración de la Convención repudiando el golpe. El partido, como partido, más allá de conductas individuales que podemos condenar, estuvo siempre donde debía estar: al pie de las instituciones».
Para Sanguinetti “el golpe empieza en febrero porque es cuando salen los tanques y le impiden al presidente nombrar un ministro, obligan a nombrar un consejo de seguridad nacional y a partir de allí la situación democrática estaba muy debilitada y el poder muy subordinado”.
Por otra parte sostuvo en referencia a los Tupamaros que «hubo gente que tomó las armas contra la democracia. Uno desde el lado guerrillero, más tarde desde el lado del Estado». Acotó que «no los equiparo moralmente porque los militares tenían un compromiso moral, personal, pero políticamente el desplazamiento a la violencia está en la esencia del golpe de Estado. Sin ese desplazamiento a la violencia no se entiende históricamente la irrupción del golpe de Estado».
El expresidente dijo que “lo importante hoy, 50 años después, es que recordemos los hechos tal cual fueron, que no los impregnemos de teorías que a veces deforman la visión de esos mismos hechos y sobre todo que asumamos el legado de que adentro de la Constitución todo, afuera de la Constitución nada”.
