Mediante técnicas de endoterapia y ducha apical, se busca frenar el avance del insecto, preservar el patrimonio natural y mitigar el impacto ambiental, según informó la comuna canaria a través de su sitio web.
El picudo rojo, originario del sudeste asiático, afecta a las palmeras con larvas que perforan galerías en el tronco, debilitando y eventualmente causando la muerte de los ejemplares. Los síntomas incluyen amarillamiento, marchitez y caída de hojas, así como orificios y exudaciones rojizas en el tronco.
El Director de Espacios Públicos de la IDC, Martín Barindelli, explicó que el tratamiento, adjudicado por licitación, abarcará 1.000 palmeras a un costo de $ 4.000 por unidad, aplicándose dos dosis anuales. Si bien no es una solución definitiva, el procedimiento deberá repetirse cada año para garantizar la protección de las especies.
Barindelli destacó que el combate al picudo rojo comenzó hace dos años en la Quinta de Capurro, en Santa Lucía. Inicialmente, los municipios contrataban empresas de forma independiente, pero la centralización mediante licitación permite coordinar acciones y optimizar recursos.
Aunque el ataque se detectó primero en Phoenix canariensis (palmera canaria), el insecto también afecta a especies nativas como Butia odorata (butiá) y otras exóticas como Washingtonia robusta. «Esto refuerza la importancia del esfuerzo conjunto de la Dirección de Espacios Públicos, la Dirección General de Gestión Ambiental y la Dirección de Patrimonio para preservar estas especies. La tarea es ardua pero fundamental para proteger el patrimonio natural del departamento», concluyó Barindelli.