Kevin Dawson fue consultado sobre cómo había visto a Sergio Rochet en el Mundial y su respuesta en el gol ante Portugal. “Yo tengo mi discrepancia con los que criticaron al Chino. Para mi es una pelota baja donde la mayoría de los goleros hubiésemos hecho lo que hizo el Chino. Es una pelota que se viene cerrando y bajando. No sé si Cristiano la llega a tocar, pero el Chino lo que hace es aguantar hasta último momento porque si sale corre riesgo de llegar a destiempo. Desde mi humilde punto de vista, y mirando desde el sillón de casa, lo aguantó bien. En el resto, lo vi de menos a más al Chino. Demostró la clase de golero que es y la jerarquía que tiene. En el primer partido con los nervios lógicos de un debut para todo jugador que disputa por primera vez un Mundial, y luego tiene un cierre muy bueno en el partido contra Ghana”, dijo en el programa 100% Deportes.
También repasó su paso por el club aurinegro, donde permaneció seis años: “Me voy tranquilo de que, en el acierto o el error, le di todo a Peñarol. En varios períodos de pases se decía que podía salir, pero internamente yo deseaba quedarme. Pero este último año era consciente de que iba a ser el último. Me fui preparando de que iba a ser mi último año. Tuve una charla con Nacho Ruglio y me dijo su intención, y yo le dije de primera que mi ciclo estaba terminado en el club, pero que iba a respetar mi contrato hasta el último día”.
El guardameta dijo que su sucesor, Thiago Cardozo, está preparado y maduro para ocupar el arco de Peñarol. Cuando se le preguntó por los entrenadores con los que se sintió más cómodo, mencionó a Leonardo Ramos y Mauricio Larriera.
“Yo siempre destaco a Leo que se la jugó cuando, a mediados de 2017, me dijo vas a ser el arquero titular de Peñarol. También destaco a Mauricio Larriera porque, cuando por ahí todo el mundo me quería sacar, el tipo confió en mí y siempre fue frontal y me demostró mucha confianza”.
Ademas habló de lo que sentía cuando le tenían que patear penales, un tema que se comentó mucho debido a su estadística negativa. “Me afectó mucho, me castigué demasiado, sufrí demasiado y que loco no, que el último partido que juego en Peñarol atajo un penal. Pero a ese partido había ido liberado. No tenía ese temor del qué dirán cada vez que me iban a patear un penal. Sufrí mucho y reconozco que había perdido la confianza de atajar un penal”.